Thursday, June 19, 2008

Depresión postvacacional (¡en junio!)

Sí, hijos, así de desgraciadita soy. Con tal de pillar vuelos baratos, un tiempo primaveral y de no pelear con los compañeros de trabajo, decidí irme de vacaciones la primera quincena de junio. Me lo he pasado en grande, pero se ha terminado.

La primera semana la pasé en Nueva York, el sitio al que siempre había querido ir y nunca había podido. Mereció la pena, aunque muchos tópicos y exageraciones son falsos. No voy a entrar en detalles de sitios que visitar, bares y restaurantes, porque ya habéis ido todos o casi y porque para guías de viaje hay otros blogs bastante mejores, aunque diré que nuestro hotel (Millenium UN plaza) tenía unas vistazas increíbles. D. y yo aprovechamos el jetlag para levantarnos al alba y patearnos todo lo que pudimos de la ciudad, comer perritos y fulminar la tarjeta comprando sin parar.

La segunda semana fuimos al lugar que el desaparecido blog de Arbusto el Guerrero bautizó como Kabul, a disfrutar de la compañía del propio Arbusto y de la cobloguera Copycat (por cierto, en breve pondrá nuestra lista de premiados). Como no voy a desvelar de qué ciudad se trata, tampoco entraré en detalles, pero todo muy bien también. Conocimos a gente muy maja y una "cultura" totalmente desconocida para nosotros.

Pero llegó el día de coger el avión de vuelta. El vuelo fue bastante horrible, con turbulencias y tal (estoy pensando en leer un libro de autoayuda para perder el miedo a volar, no digo más). Como no pude dormir nada, me tragué dos pelis: "Casual Day" y "Las hermanas Bolena". Las dos me gustaron, pero las dos acaban fatal, lo que no me ayudó a ser optimista. El resto del viaje me dediqué a cocerme en mi propio jugo y a atormentarme con negros presagios de tragedias aéreas.

Cuando llegamos el jetlagazo fue fulminante y, para colmo de todos mis males, descubrí que mi coche había muerto. Una inundación en el garaje me hizo pensar que todo el rollo eléctrico se había ido a la mierda. Afortunadamente, tengo a D. para estas cosas y ha conseguido arreglarlo de momento. Pero lo utilizo para venir a trabajar, lo que no mola nada. Por si fuera poco, los vecinos nos odian, porque al irnos nos dejamos un despertador encendido a las 4:00 am., que sonó hasta que uno de los más avispados consiguió mi teléfono y me llamó de todo menos guapa. Así que así estoy, renegada perdida y recordando las vacaciones, como estaréis todos vosotros en septiembre.

4 Comments:

At 3:48 PM, Blogger Haters said...

Alguien pone todavía despertador en vez de la alarma del móvil?

 
At 3:32 PM, Blogger Sue said...

Pues sí, mi santo. Tiene un despertador ochentero, bien feo, de estos digitales con radio que ocupa media mesilla y no hace más que coger polvo. Pero no me deja tirárselo.

 
At 5:58 PM, Anonymous Anonymous said...

deberíamos volver todos a la tradición del despertador porque los científicos están a punto de descubrir la cantidad de efectos nocivos que tiene tener un móvil cerca y me temo que yo en concreto voy a ser un caso de estudio clarísimo. Nada de depresión postvacacional, Sue, que estás estupenda y más con ese piscinón. Cler

 
At 1:08 PM, Blogger Hans said...

Hola, Sue: yo también te tengo envidia por lo de haber ido a NYC pero también por haber ido a, ejem, Kabul. Espero que los Sres. de WarriorBush se encuentren bien

 

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