Monday, March 22, 2010

Qué hermosa es la primavera

Pues ya lo veis, esto lleva camino de convertirse en un blog estacional. Bueno, en realidad es una pequeña bromita, pronto me pondré a actualizar como una loca.

El único motivo de esta entrada es anunciar, por un lado, que ha llegado la primavera y, por otro, que hoy es el cumpleaños de la fundadora y presidenta de honor de este blog, la gran Copycat. Estaría bien que recibiera cientos de felicitaciones. Igual hasta se anima a actualizar ella también.

Monday, January 18, 2010

Qué duro es el invierno

Hola a todos, feliz 2010. No creáis que un poco de pereza van a acabar con este blog. Dónde si no voy a dar la brasa impunemente??

Sé que hay gente a la que le gusta la nieve y el frío. Lo sé porque uno de ellos vive conmigo. Yo intento ver la cara amable del invierno. Pero, qué queréis que os diga, cada vez lo veo más crudo. A parte de los problemas motrices que ocasiona la nieve, de las restricciones de vestuario a las que obliga el frío (con el consiguiente peligro de robo de abrigos en bares) y del esfuerzo que tengo que hacer para salir de la cama y ducharme con temperatura polar, lo más difícil de sobrellevar es la temporada de deportes de invierno.

A D. le encanta esquiar. Si el tiempo lo permite, siempre se va una semana y varios fines de semana cada invierno. Siempre ha querido arrastrarme, pero yo soy torpe por naturaleza y me repugna el frío, así que siempre busco excusas. Hace un par de años accedí a ir una semana a Andorra. Probé a esquiar y no hubo sorpresa: me pareció un infierno máximo. No sólo hay que caerse y hacerse daño: hay que madrugar y las botas son una tortura. Es decir, todo lo que descubrí nuevo sobre el esquí fue malo. Después de eso conseguí eludir la nieve dos años a base de excusas. Desde la sequía al trabajo pasando por la muerte (verdadera) de un familiar.

Pero este año me he quedado sin pretextos. Nada haría tan feliz a D. como verme convertida en una fanática de la nieve. Así que acabo de volver de Panticosa, donde me he iniciado en el arte del Snowboard. Este es un pequeño balance, con consejos incluidos para quien esté en mi misma situación:

No ha sido tan infierno como Andorra porque sólo han sido dos días. Las botas, mucho mejor, son más flexibles que las de esquí. En cuanto tus acompañantes se despistan, las botas te permiten quitarte la tabla y huir hacia la cafetería. Esta vez no he salido de las pistas de niños. Si estáis en mi situación, negaos a subir a cualquier otro lugar. No os fieis de las promesas de vuestros amigos esquiadores: más allá de pista verde todo es un p*to horror. Esta vez estuve con un profe, pero no sola. En total éramos seis, D. entre ellos. Los palilleros (esquiadores de esquís) quisieron asegurarse de que las renegadas de la nieve (mi cuñada Nat y yo) subíamos a las pistas, y se ofrecieron a hacer un curso de iniciación al Snowboard todos juntos. He de decir que, nada más ponernos la tabla, la que más apuntaba maneras era servidora. D. se emocionó y empezó a enumerar toda la equipación de lujo que me iba a regalar: tabla, casco, etc, todo de primeras marcas. Al final de su cuento de la lechera los dos vivíamos felices en una eterna pista de esquí, seis meses en Europa, otros seis en Argentina.

Pero en cuanto el profe empezó a impartir doctrina, pronto se vio que las renegadas de la nieve volvíamos a serlo. En fin, estamos a lunes y el cuento de hadas ha terminado. Yo tengo agujetas por todo el cuerpo, pero no he sido la peor parada. Nat tiene roto el escafoides y lo mismo la tienen que operar. Pobrecilla, su lesión me sirvió para escaquearme de la última parte de la clase. Cuando llegamos a casa le dije a D. "bueno, siento haberte desilusionado, al menos lo he intentado, pero no hay manera", y pensé que ponía el punto y final a la nieve por este año. Pero D. respondió: "¿Desilusionado yo? Nada de eso. En febrero volvemos y en marzo también. Esta vez, con profesor para ti sola".

Como decía al principio, qué crudo es el invierno.

Monday, October 19, 2009

Vida rural, vida urbana II

Una semana después de volver de mi última incursión en la vida rural, ya metida de lleno en la rutina del curro, fui informada de que debía asistir a una comida con mi jefa, mi archijefe y un señor ministro, que también iría con su propio séquito. Bien, me dije, comeré gratis. Además, como yo conozco al ministro y a su séquito, será una buena ocasión para impresionar a mi archijefe con mis conocimienos, mis preguntas incisivas y mi don de gentes (sí, tenía uno de esos días optimistas).

Así que llegado el día me calcé unos tacones, puse mi gesto más profesional y me encaminé hacia el Ministerio con mis dos jerarcas. Una vez allí nos recibió la encargada de protocolo, una rubia algo viejuna. La rubia me saludó efusivamente, lo cual, en un principio, creo que impresionó a los jerarcas. Pensarían que conozco a absolutamente todo el mundo en ese lugar.

No lo había pensado antes, pero da la casualidad de que esta señora también es un personaje de la vida rural. Y, como en la vida rural no hay diferencias de edad, la última vez que nos habíamos visto estábamos vestidas con camisetas y pantalones viejos tomando un mojito sentadas en la calle, bajo la sombra de un toldo casero-chabolista que habíamos construido para la ocasión. Lo llamábamos "la zona chill-out".

Como digo, la mujer me saludó efusivamente, se interesó por mi salud y bromeó sobre nuestros atuendos elegantes y urbanos. Quizá mis jefes estaban un poco desconcertados con tanta amabilidad hacia mi persona y tanta indiferencia hacia las suyas. Pero todo fue bien hasta que llegó el camarero. "¿Les apetece tomar algún aperitivo?", dijo ella, muy finolis. "Una cocacola", dijo el archijerarca. "Un vino blanco", dijo mi jefa. "Eh... Una cerveza sin alcohol, por favor", dije yo. Y ahí la tía no pudo contenerse más y se echó a reír a carcajadas dejando atónitos a los dos jefes y roja como un tomate a servidora. "Cerveza sin alcohol? Vamos, anda! Pero si hace siete días te bebiste un cubo entero de mojitos en la zona chill-out y luego fuiste a otra peña a pedir un pepino para empezar con los gintonics. No me vengas ahora con una cerveza sin alcohol, ja, ja, ja, ja".

Mis jefes me miraron. El archijefe, muy oportunamente, se excusó para ir al lavabo. El ministro y su séquito llegaron y corrimos todos un tupido velo sobre el hecho de que mi alcoholismo y mi falta de vergüenza hubieran quedado al descubier. La próxima vez que vaya al Ministerio hago como que no la conozco. Ya le pediré disculpas una noche borrachas en la vida rural.

Friday, October 16, 2009

Decoración realista (y gratuita)

Antes de seguir con mi historia rural, una noticia sobre los preparativos para Halloween.

EEUU-SUCESOS Confunden el cadáver de un vecino con decoración de Halloween

Los Ángeles (EEUU), 16 oct (EFE).- Los vecinos de una urbanización de Los Ángeles confundieron el cadáver de un vecino que llevaba al menos cuatro días muerto con decoración de Halloween, según informó hoy el diario Los Ángeles Times. El cuerpo en descomposición de Mostafa Mahmoud Zayed, de 75 años, presentaba un disparo en un ojo y estaba inerte caído sobre una silla en el balcón de su apartamento situado en un tercer piso y a la vista del resto de los residentes en el complejo. La proximidad de la fiesta de Halloween, que tiene lugar a final de este mes, hizo pensar a los vecinos que la escena formaba parte de la habitual estética macabra con la que se acostumbra a decorar las casas en EEUU para celebrar la noche de brujas, por lo que nadie llamó a la policía. Algunas personas aseguraron que no se molestaron en alertar a las autoridades porque "parecía un muñeco de Halloween", según el testimonio de un reportero de una cadena local quien vio la escena antes de que la policía retirara el cadáver y confirmó que "no parecía real". Los médicos forenses fueron avisados del incidente en la tarde del jueves y examinarán el cadáver para conocer la causa de la muerte. EFE

Tuesday, October 06, 2009

Vida rural, vida urbana

Quic ha dejado el blog. Lo entiendo, es difícil mantenerlo al día: nosotras actualizamos menos que la Biblia. Pero, aun así, no pienso cerrar Desdemitejado. ¿Por qué? Porque te da la oportunidad de llevar una pequeña vida paralela y descargar la tensión con insultos anónimos e impunes a jefes y otros cabronazos.

Y esto me lleva a otra reflexión. Para que no se te venga el mundo encima con el estrés diario es preciso llevar dobles o triples vidas que te hagan desconectar de vez en cuando. Yo misma llevo una vida urbana la mayor parte del tiempo, pero unos días al año llevo una vida rural que me ayuda a cargar las pilas. Mi vida urbana consiste en trabajar 10 o 12 horas al día, ir en coche, en metro o en taxi, comer, en el mejor de los casos, con mis compañeros de curro; en el peor, con personas con las que no te irías ni a por billetes de mil y, los domingos, con padres, suegra u otros familiares. En mi vida urbana el móvil es una extensión de mi cuerpo, igual que el bolso, con todos sus accesorios: llaves de casa y del coche, dinero, tarjeta, dni, libretita, tabaco e ibuprofeno. Cuando tengo un rato de ocio me tomo un gintonic con mis amigos urbanos hablando de la crisis de la prensa de papel o de nuestro negro futuro, y nos reímos mucho,no cambio esos ratejos por nada. En casa leo y veo la tele. A veces hago otras cosas, como ir al cine, a alguna exposición, jugar al pádel o a los dardos e ir de compras. Cuando hace buen tiempo hago una excursión dominguera por el monte. Guardamos las colillas de los cigarros en el cordón de la zapatilla para sentirnos en paz con la naturaleza. Ésta es mi vida urbana, y ojo, me gusta casi todo el rato (lo de currar, lo que menos).

Pero unos días al año llevo una vida rural. La vida rural no consiste en deslomarse recolectando cebollas ni en morirse de asco un sábado con -15º y un bar lleno de octogenarios: eso será para quien no tenga más remedio. Para los urbanitas como yo y como tantos otros, la vida rural es una continua fiesta alcohólica en la que te vistes con ropa y zapatillas viejas. Normalmente se desarrolla en verano, por lo que hay eventos especiales, como una bajada en piragua por el río seguida de una barbacoa. En la vida rural normalmente no hace falta llevar bolso ni móvil: con unas llaves colgadas de un cordel al cuello es más que suficiente. El pueblo de la familia de D., Springfield, es uno de los escenarios de la vida rural. Allí, a veces, ni siquiera hace falta llevar perras en el bolsillo, porque cada peña (la nuestra incluida) ha comprado de antemano bebida y comida, y la costumbre manda que todos podemos deambular de peña en peña sirviéndonos lo que nos apetezca y quedándonos a comer y cenar si nos place. También están permitidos los brutalismos, las canciones populares y /u obscenas a voz en grito, tirar tu propia ropa en una hoguera o destruir una vajilla a la griega. Unos días en este plan son la mejor cura contra el estrés urbano. En total no durará más de 10 o 15 días al año. Más sería demasiado.

Y así gira la doble vida (triple, si se cuenta la de internez) en equilibrio casi siempre perfecto. Pero, ¿qué ocurre si las dos vidas se cruzan? Lo desvelaré en la próxima entrada de este vuestro blog.

Tuesday, August 25, 2009

30

Hoy cumplo 30. Estoy viejunísima. La gente dice que nada cambia de los 29 a los 30, pero no es cierto. Mi amiga Cler, sin ir más lejos, fue cumplir tres décadas y empezar a salirle canas.

Yo todavía no tengo canas, pero sí arrugas claramente marcadas en la frente. La celulitis no es de ahora, no voy a engañaros, pero esta mañana parecía un poco más visible. A veces me llaman "señora". Ya nadie me ofrece colacao en los aviones ni menú infantil en las bodas. Ya nadie me confunde con una adolescente ni me pregunta si soy mayor o menor que mis hermanas, que tienen 24 y 26. Obviamente ellas son más jóvenes (todo esto me ha ocurrido a mí o a tipas de mi misma complexión infantil siendo ya talluditas).

Si pidiera un test de embarazo en la farmacia, algo que todo el mundo parece estar esperando, la boticaria no me miraría con consternación, sino con una sonrisa como diciendo "todos en el barrio pensábamos que se te iba a pasar el arroz".

Ya tengo el culo pelado de ir a bodorrios de amigos y de ver fotos de bebés. Tengo varios ya divorciados.

Ya no fumo porros. Nunca jamás vuelvo a mi casa si no es en taxi. Me daría una pereza de la muerte ir a una fiesta de becarios como las de antaño. Y aun así paso por tener una vida disipada sólo por fumar, beber y salir de vez en cuando, en vez de leer "Ser padres hoy" o "Casa y jardín".

Ya digo "fulanito/a es un chico/a de 40 años", y no un "señor/a".

A pesar de todo estoy contenta. No tengo motivos para quejarme, tengo salud, dinero y amor. Así que a felicitarme todo el mundo.

Friday, June 26, 2009

El rey de los animales

Os voy a contar la historia de cómo una humilde criatura pasó de estar literalmente en las fauces de una serpiente a ser el animal que mejor vive de España.

Mi hermana pequeña es una perroflauta de manual. En los últimos años su tendencia al perroflautismo se ha exacerbado: lleva rastas, viste "esos" pantalones y dice cosas de tal buenrollismo que parece que se está riendo de sí misma. Pues bien, hace un par de años ella estaba terminando la carrera de Biología, rama de Zoología (talmente como Ana Obregón). Para hacer prácticas empezó a trabajar en un lugar donde recogen animales salvajes que han sido abandonados por sus dueños.

Como en Madrid hay mucho gilipollas, el sitio siempre está lleno de cocodrilos, iguanas, serpientes y bichos así. Allí se encargan de cuidarlos, darles cobijo y... alimentarlos. El presupuesto es limitado y la dieta de la serpiente, como la de sus compañeros, se componía básicamente de piensos compuestos. Pero una vez a la semana, para darle una alegría, le soltaban un bebé conejito vivo para que se lo zampara. Esa era una de las tareas de mi hermana, dar de comer a la serpiente.

Al tercer bicho que sacrificó, lejos de acostumbrarse, se apiadó de la siguiente vícitma, un conejo negrito que daba mucha pena. Le puso nombre y convenció a sus jefes para que la dejaran indultarlo. Al final los jefes cedieron. Eso sí, con la condición de que se lo llevara a casa, que nadie quiere bichos con dientes.

Y así lo hizo. Mi hermana es la única que aún vive (bueno, a ratos) con mis padres, así que los tuvo que convencer. Cuando éramos pequeñas, mis padres siempre se mostraron bastante inflexibles en lo de no tener animales. Ni perritos, ni gatitos, ni nada. Sólo tuvimos una tortuga muy maja. Pero ahora que son viejunos parece que es más fácil ablandarles y, cuando oyeron que si no admitían al conejo iba a ser devorado, le abrieron las puertas de casa de par en par.

Total, era un conejito muy pequeño que no molestaba en absoluto y era tan suave... Pero pronto se reveló la verdadera personalidad de Mus, que así se llama el bicho. Con la buena alimentación creció y engordó hasta alcanzar 15 veces su tamaño. La jaula se le quedó pequeña y campaba a sus anchas por toda la casa. No se trataba de uno de esos conejos enanos que venden en las tiendas de mascotas para tener en casa: es un conejaco de granja más grande que un perro mediano. Se ha comido varias prendas de vestir y no menos de tres sillas (lo juro). Mordió un cable y dejó sin electricidad la casa (de verdad, no me invento nada).

Tan es así, que mis padres decidieron darle una habitación para él solo. Y en verano tiene su propia casita en el patio. Él es el dueño y señor. Y ojo, el señorito Mus no come cualquier cosa. Le gustan las zanahorias (peladas), la manzana y los canónigos, pero si come lechuga o judías verdes se muere. No se le pueden echar las sobras de la comida, Mus no es un cubo de basura. Sólo vegetales frescos de primera.

Y os preguntaréis, ¿por qué os cuento todo esto? Pues porque mi hermana, la perroflauta, está ahora mismo en los Andes tocando la flauta con cuatro indígenas y no piensa volver a España hasta que haya recorrido el hemisferio sur de cabo a rabo. Y mis padres se van hoy de vacaciones. Y mi otra hermana también está fuera, así que hoy Mus se viene a vivir conmigo pese a las protestas y súplicas de D. y de mí misma. Pero de nada ha servido decir que no queremos que se coma nuestra ropa ni que raye nuestra tarima.

Así que ya me véis, dedicada en cuerpo y alma a mi invitado especial, Mus, el animal que mejor vive de España y parte del extranjero. ¿Alguno tiene alguna receta al ajillo o algo?