Wednesday, March 29, 2006

Vegetarianos e integrados



El sábado coincidí con un conocido al que hacía años que no veía. Me contó que trabaja como promotor de conciertos en una discográfica, curro que, en gran medida, consiste en ser el criado de los músicos durante su estancia en la ciudad donde se celebre el evento. Como soy cotilla, quise saber qué cosas le habían llegado a pedir. Parece ser que porros y farlopa están a la orden del día. Incluso un grupo (no recuerdo cual) le pidió un pico para el batería (este capricho no se lo pudo conceder, pues la única forma era enviar a la mujer de su jefe a Las Barranquillas a bordo de un Mini). Drogas aparte, el más pesado, me dijo, fue un cantante (tampoco recuerdo) que era vegano. “Significa que sólo come cosas que hayan caído naturalmente de los árboles”, me explicó. “¡Qué hijodeputa!” le respondí.

Sí, sí, qué hijodeputa. Pero, mientras lo decía, venían a mi memoria recuerdos. Sí, yo fui vegetariana. Todo empezó en mis últimos años de instituto. Ya sabéis, las malas compañías. Cler y yo nos sentábamos en la fila de atrás con las guays. Eran guays porque llevaban pañuelos palestinos, no les gustaba estudiar, pero sí leer o, al menos, pasear libros. Algunas frecuentaban casas okupas y a todas les gustaban el incienso y las velas (amén del hachís y el calimocho). Nuestro primer punto de encuentro fue nuestra común aversión la clase de gimnasia.

Una de ellas, Espe, empezó a meterse en grupos de chalados que van a Las Ventas para rociar con spray los visones de las señoras que salen. Influenciada por un amigo suyo perroflauta, se hizo vegetariana e intentó arrastrar a las demás. La mayoría no le hizo ni puto caso, aunque mostraban respeto. Éramos buenrollistas. Y yo, que era necia, la empecé a escuchar.

Dejé de comer carne y pescado (una vez primero y, tras una pausa, otra). Me hacía mi comida, diferente de la de mi familia, porque no admitía ni un poco de jamón con los guisantes, aunque sí tomaba leche y huevos. No había motivo dietético: nunca he tenido colesterol y estaba delgada. Mis motivos eran éticos. Los animales son seres libres, no comida, decía. De aquella época data la mayor parte de mi fondo de armario para estar por casa (sola): una camiseta con unos monos-cobaya que reza “Torturad@s. Encarcelad@s”, mi camisa “Evo Morales”… Pronto los perroflautas se radicalizaron. La moda era marearte en la carnicería, a la vista de esos cadáveres, no vestir jerseys de lana, porque la dan las ovejas… Les pregunté por qué llevaban botas de piel y empezaron a utilizar Converses (recordemos, entonces NO las llevaba nadie). Espe me prestaba libros sobre legumbres y ensaladas. En fin, este era el panorama.

Por aquel entonces conocí a D. La primera vez que salimos entramos en un bar a tomar una caña y al camarero se le ocurrió ponernos como aperitivo unos suculentos montados de lomo con pimientos. Pensé “mierda, por qué le habré contado que soy vegetariana”. Pero me tenía que mantener firme. Los miré de reojo, procuré poner cara de asco y pasé. D. tampoco los probó. Ante esta anécdota, mis amigos concluyen que tiran más dos tetas que dos carretas, y la verdad es que le dio resultado pues yo, por no dar un bocado al lomo, se lo di a él, conmovida por su respeto a mis ideas, y hasta hoy.

No os asustéis. El vegetarianismo sólo me duró unos meses, Me cansaba idear comidas, meriendas y cenas sin carne. Ahora me río, llamo hijoputa a un vegano, me indignan los okupas (soy propietaria, joder), me marea el incienso y no las carnicerías, me dan mal rollo las velas, no me gusta vestirme con harapos, trabajo en un sitio que podríamos calificar suavemente como conservador, he ido a esquiar e, incluso, me propongo aprender a jugar al paddle (¿es así?) Sigo con D., pero él ya no lleva greñas ni yo palestino, y me cuesta imaginármelo renunciando a un montado de lomo para no herir mi sensibilidad.

Me he convertido en lo que odiaba, y cada día estoy más satisfecha. Tiemblo de pensar qué pasará dentro de 10 años. ¿Tendré un visón?

Sue

Tuesday, March 28, 2006

Osos... amorosos?


El otro día, algún vecino que hizo limpieza en su casa dejó un montón de peluches en una zona común de mi edificio. Lo confieso, fui una de las primeras "niñas" en agarrar uno de los muñecos huérfanos, que es ese peculiar oso de la foto. Lo subí a casa y lo observé unos instantes.

Lo primero que pensé fue: "Anda, mira, el primer oso diabólico de la historia, el regalo ideal para el bebé de unos góticos".

"Error. Ese lazo con corazoncitos a qué viene?", me interrogó mi segunda voz interior.

Entonces se me ocurrió que tal vez es uno de esos casposos regalos para San Valentín, un osito que combina la inocencia y la picardía para animar noches de lujur...

...

Acto seguido, metí el oso en la lavadora con mucho detergente. Qué os creíais, ¿que lo iba a devolver al montón, para que caiga en manos inocentes? A lo mejor un día convoco un concurso en el blog y lo ofrezco como premio. No me digáis que no mola.

CC.

Wednesday, March 22, 2006

Un año más

Hoy soy un año más vieja. Cumplo 29 tacos. Algunos no me entenderéis, pero me está empezando a sentar mal esto de cumplir años. Sé que cuando alcance los 30 me dará una depresión, lo sé…

En fin, cómo os podría explicar lo que se siente al rozar los 30 con cara de eterna adolescente, de becaria, de “tómameelpeloqueyonomeenteronidelnodo”. Me toca las narices, francamente. Para colmo, el otro día llega mi madre y me suelta: “A tu edad y sin vender una escoba”, en clara alusión a mi inestabilidad laboral y económica. Ella, con 29, ya tenía trabajo, dos hijos, un piso y planes para ahorrar y mudarse con su familia a una casita con jardín.

Lo de la prole me resbala, porque es algo que ni me he planteado (no tengo tiempo/ganas ni de tener un gato). Eso sí, no sé lo que es tener un contrato fijo y bien pagado. Por tanto, lo del coche, la casa, la mascota, etc… tendrá que esperar.

Por otra parte, tengo la sensación de que los años se pasan volando y me da miedo plantarme en los 40 sin enterarme (y sin vender una escoba). Recuerdo que cuando cumplí 19 veía mis últimos 10 años como toda una vida, como si hubieran pasado siglos. La verdad es que desde los 9 hasta los 19 pasan muchísimas cosas, vives muchas experiencias. Por ejemplo:

- Haces la Comunión (aunque algunos la hacen con 8 años). Ahora nos parece una cagada, pero a esa edad es todo un hito… sobre todo porque te hacen tus primeros regalos de verdad. Yo pillé un reloj, una cámara de fotos y dinero, todos unos regalazos en los '80.
- Aún te quedan por cambiar piezas dentales de leche (colmillos y muelas).
- En tres años, das unos estirones y te desarrollas.
- En el caso de las chicas, te haces “mujer” (eso crees hasta que ves fotos de esa época unos cuantos años más tarde, jajaja!).
- Dejas de jugar y ver dibujos animados para quedar con tus amigos a charlar y hacer el ganso.
- Primera revolución hormonal. Los chicos intentan arrimar cebolleta y las chicas les cruzan la cara (al menos las de mi generación).
- Tu madre ya no elige tu ropa.
- Vas al instituto (a menos que estudies en un colegio privado y lleves uniforme hasta los 18).
- Revolución hormonal a la máxima potencia. Pierdes la virginidad (lo pongo entre el instituto y la universidad para que cada cual se lo aplique como quiera).
- Vas a la universidad. Para unos, es la primera vez que van a clases mixtas y sin uniforme. Para otros, es la primera vez que viven lejos de la familia, en régimen de semiindependencia (yo estudié en una ciudad que huele a azahar en primavera). A veces coinciden ambas cosas.
- Algunos se sacan el carné de conducir.
- Crees que en la carrera te van a enseñar a ser un gran profesional.

¿Me he saltado algo?

A partir de los 20, mi vida se resume en acabar la universidad y entrar en el mercado laboral, donde sigo sin vender una escoba. En el terreno personal, hubo algunos cambios, aunque no entraré en detalles, je,je… Pero vamos, que me parece increíble que hace 10 años yo tuviera 19 y me faltara poco para terminar mi primer año de carrera.

Ahora que tengo este blog me pregunto qué tipo de reflexiones haré el 22 de marzo de 2007. Espero tener buenas noticias para entonces y, si puede ser antes, mejor.

Saludos a todos.

CC.

Sunday, March 19, 2006

Thumb up

Arbusto y yo nos echamos de vez en cuando un pulso chino. Siempre gano yo, porque su pulgar, aunque es mucho más grande que el mío, es tristemente torpe.

Yo le llamo el Rafael Araujo del pulso chino.

CC.

P.D.- Para los que no os hayáis ido de puente: dadle vidilla a Copypet, hombre, que está ahí aburrido... Si pincháis en "more" podréis coger una pelota roja para jugar con él. Yo me he enganchado.

Saturday, March 18, 2006

Botellón de vino



Mientras media España se emborracha este viernes de macrobotellón y se va de fiesta a las Fallas de Valencia, yo trato de ahogar mi astenia en café aguado. Cabrones... Aquí os querría ver yo, en una ciudad en la que, en vísperas de la primavera, el clima es una metáfora de la graduación de las bebidas más consumidas por la población (0º).

Pero seré sincera: jamás he acabado pedo cuando he salido de botellón o de copas. Directamente, me duermo. Algunos de vosotros ya sabéis que me encanta el ron con cocacola, pero a la segunda copa empiezo a ver doble (literalmente) y si giro la cabeza para mirar algo, las imágenes van con retardo. Lo peor es la sensación de empezar a bizquear, aunque todos me dicen que no es así. A la tercera me tengo que sentar porque estoy de bajona.

Así que me tuve que pasar al Martini, esa bebida tan pija que me permite seguir el ritmo de los demás sin caer redonda al suelo (soy hipotensa).


El único brebaje que me da el puntillo es cualquiera que contenga vino de cartón: sangría, tinto de verano, calimocho... Al segundo vaso, algo hace conexión en mi cerebro y me pongo de lo más ocurrente, a todo le saco la punta y me lo paso en grande yo sola.







Por eso dedico este post a Catoira, un pueblo de Pontevedra en el que saben pasárselo bien. A principios de agosto, esta gente escenifica una antigua invasión de los vikingos. Corren ríos, qué digo ríos, ¡mares! de vino. A las fotos me remito.

Ya el señor Arbusto dedicó varios posts en marzo de 2005 a este insigne pueblo y hasta teníamos pensado ir. Según afirma, me tira la sangre celta (en la familia de mi madre son todos rubios con ojos verdes).

A mí lo que me tira es el vino, qué coj****!

CC.

Friday, March 17, 2006

POR FIN


No iba a actualizar, pero acabo de enviar un email a mis amigos personales y creo que mis amigos (y enemigos) virtuales, que más de una vez han acabado hasta los huevos de mis aventuras al volante, también tienen derecho a saber que YA SOY CONDUCTORA. Sí. Hoy ha sido la última vez que voy a ese infierno de pueblo que es Móstoles (aka Brónxtoles).

Algunos detalles del examen:

-Sexta convocatoria. Como los campeones.

-Examinador: un tío de unos 45, como un armario de tres puertas, con cara de haber desayunado un limón y más borde que su p**a madre.

-Dos faltas leves: señales verticales (no he hecho caso a la que ponía "Badajoz" y me ha tenido que advertir que era por ahí) y observación (no sé muy bien por qué). Como si me quiere poner falta por tener legañas. Que le den.

-El tío llevaba un espejito de mano con el que miraba para atrás. La chica que se ha examinado conmigo me ha preguntado luego "oye, ¿es que el examinador iba maquillado?" Me lo ha preguntado en serio. Ha suspendido.

-No me ha hecho aparcar. Menos mal, porque estos días que he pasado con D. enseñándome a guardar el carro me han hecho pensar que el de aparcacoches es uno de los oficios más duros.

-Casi todo el rato he ido por autovía. Como estaba muy nerviosa he pensado "qué cojones" y he ido fo***da, tanto que el profe se ha asustado. Ha dado resultado.

Gracias a todos por vuestro apoyo y paciencia. Me voy a las fallas.

Sue

Thursday, March 16, 2006

Semana infernal

Hola a todos. Sólo escribo para dar testimonio de que sigo viva y porque sé que este fin de semana no voy a actualizar. Llevo una semana (en el más amplio sentido de la palabra, para mi, 12 días) infernal de trabajo y agobios varios.

Tanto es así que no sólo he perdido el contacto con vosotros, queridos lectores, sino también con mis propios amigos, con los que tengo muchas ganas de hablar de muchas cosas y no puedo. Ni siquiera pude ir a echarle una mano a Limbogirl con su mudanza y tuve que enviar a D. En cuanto a él, nuestra relación se ha limitado a algún contacto fugaz y a practicar estacionamientos.

Apenas he comido. Esta semana ha sido el cumpleaños de mi madre, mi hermana y la visita anual de mi tía. En ninguno de estos acontecimientos he estado presente, pero las sobras de tartas y pastelillos han sido mi alimento base.


Vida cultural: el martes vi "Urgencias". Hasta ahí. Ni hablemos de ir al cine, porque a las horas que estoy saliendo sólo están abiertas las salas X. Recibí una invitación para ir al ballet de Víctor Ullate, cosa que me apetecía, pero como no tengo ni un minuto, se me olvidó llamar para confirmar y temo que hoy sea demasiado tarde. Se la daré a la señorita E. para congraciarme. Ni siquiera estoy leyendo nada: sólo me da tiempo a hacer sudokus "muy fáciles".

Pero no temáis. Mañana por la mañana tengo que pasar por un duro trance del que ya hablaré y por la tarde me hago dos moñetes y parto hacia la Comunidad Valenciana, a comprobar si es verdad todo lo que dice Dwalks de su folclore y sus gentes y para celebrar la primavera alcoholizándome. Buen fin de semana.

Sue

Tuesday, March 14, 2006

Adicciones

Hola, me llamo Copycat y soy adicta a la Cocacola.

Lo confieso. Me he enganchado. Y todo por culpa del azúcar... ¿o quizá algo más?
El caso es que la Cocacola light en esta parte del mundo sabe a lata, a aluminio, a rayos. Así que me dio por beber Cocacola normal. "Total, para dos latas que bebo a la semana", me dije.

Eso era antes. Ahora me tomo una lata diaria, porque esta maldita Cocacola está más dulce, más refrescante, más jugosa, más... Arf, arf.

Descubrí mi adicción hace unos días, cuando volvía a casa con una sed increíble y, en lugar de beber agua, abrí una latita. Con el chasquido de la anilla, mi boca se inundó de saliva (puto Paulov) y bebí con avidez. "Aaaaaaaaaah, qué buena", pensaba mientras el líquido elemento bullía por mi garganta. Qué placer.

Después de ese primer trago, miré la lata mientras me relamía y solté: "Le echan algo, m***da!"

Cada vez que Arbusto me ve abrir una lata me recuerda esa frase tan yonki.

Voy a por otra. La última. Lo juro.

CC.

Sunday, March 12, 2006

Llamamiento


Quiero hacer un llamamiento. A ti, que no me conoces. A ti, que eres viejo y crees que los jóvenes deberíamos saber más sobre la Guerra Civil. A ti, que eres taxista y estás enfadado con el Gobierno y/o con la oposición. A ti, que me conoces sólo de vista del curro o que te suena vagamente mi cara del colegio. Por favor, si nos cruzamos en transportes urbanos, no me hables. Sé que es duro no tener a quién dar la chapa, pero de verdad, no te voy a dar una mierda de conversación y vas a perder el tiempo.

Hay gente que dice que si un viejo te habla e intentas que te deje en paz es que no respetas a tus mayores. Que los que no soportamos que un taxista nos vaya abrasando (Quic tiene razón: son los tíos con más libertad de expresión del mundo) es que somos unos clasistas (?) Que opinen lo que quieran, pero yo ya no. Me cuesta un esfuerzo horrible entablar conversación con una persona que no me interesa un carajo. Y ya tengo que hacerlo bastantes veces por imperativos laborales o sociales, como para hacerlo también cuando me desplazo. Ayer cometí un error. Salí del curro y cogí el autobús. Esquivé a un par de tías del trabajo y me puse a hacer el sudoku de El Mundo. En ese momento, reparé en mi fallo: el viejo que había a mi lado estaba haciendo idéntico sudoku. “Maldición, maldición, seguro que me hace algún comentario”, me dije. Dicho y hecho. El tío se puso a hablar sobre pasatiempos y yo “sí, je, je” a todo.

Odio que me pase eso. Sólo he tenido una experiencia medianamente graciosa con desconocidos en transportes públicos. Iba leyendo en el metro y, cuando me iba a bajar, de repente alguien me gritó algo al oído “¡Uhgga eestás eendoooo!”. Levanté la vista y había un tío con greñas y una sonrisa. Me horroricé y salí despavorida. En las escaleras me di cuenta de que lo que me había dicho era “¡buen libro te estás leyendo!” “Se estaría riendo de mí porque iba muy enfrascada en la lectura. Que le den”, pensé. Después del trasbordo, esperando el segundo metro, alguien me volvió a gritar desde atrás y con el mismo tono de voz “¡Te has asustado antes, eh!” Sobrepuesta del segundo respingo, me di cuenta de que era el greñudo. El chaval era tan entusiasta que le dejé que hablara. Sólo quería hablar de libros: yo leía uno de Saramago y el chico era fan. O quería ligar o no tenía a nadie con quien comentar esas cosas, porque en cinco minutos me contó todo lo que había leído en su vida (que no era mucho). De la lectura pasó a contar su vida. y nos hicimos amigos. Amigos de metro. De vez en cuando nos encontrábamos y comentábamos nuestros libros. No me acuerdo de su nombre y nunca tuvimos nuestros teléfonos ni nada de eso. Sólo éramos amigos bajo tierra. Un día le vi con sus coleguitas tomando copas por ahí. El tío se volvió loco. “Ven, por favor, que te tengo que presentar”, me dijo haciendo caso omiso de las miradas de mi santo, que desconocía la existencia de semejante ser humano. “Mirad, esta es mi amiga del metro. ¡Ahora qué, os creéis que existe o no!”

Menudo personaje. El bueno de mi amigo el del metro se marchó a Inglaterra y nunca más supe de él. Mereció la pena conocerle. Pero esto, en transportes públicos, ocurre sólo una vez cada 100 años. Ya no vuelvo a hablar con nadie.

Sue

Friday, March 10, 2006

Mi abuela inventó el kalimotxo


Hablando de enriquecer pizzas, bizcochos y demás comestibles que, al igual que el kinder sorpresa, pueden ser "una sorpresa y un chocolate", me he acordado de mi respetable abuela, una señora de pueblo que, sin saberlo, inventó el calimocho.

A la mujer le gusta el "vino rebajado", como dice ella. Y, para desesperación de mi padre (que suele llevar buenos vinos a casa de sus suegros) ella va y los "rebaja" con cocacola, una de sus bebidas favoritas.

Así que cada vez que vamos de visita, es un punto verla aderezar su vaso de vino disimuladamente. Mi hermano y yo le tomamos el pelo diciendo: "Abuela, cómo te gusta el calimocho, eh?" Y ella, que no se entera ni del nodo, se recoloca las gafas y le da un tiento a su brebaje.

CC.

Thursday, March 09, 2006

Toxi-pizza


El otro día, Arbusto y yo estuvimos a punto de tatuarnos el logo de una cadena de comida rápida para agradecer un ingrediente extra que, según todos los indicios, llevaba nuestra comida. Lástima que resultó ser una falsa alarma...

Habíamos pedido una pizza para llevar y, tras coger nuestra caja toda calentita y olorosa, salimos a la calle. No habíamos dado ni cinco pasos cuando dije: "Oye, no es por nada, pero eso huele a marija". Y él contestó: "Joder, estaba pensando lo mismo!".

Y nos entró la risa floja sólo de pensar que el chino de la franquicia se habría equivocado con el orégano, o que sin querer se le había caído una 'china' en la masa.

Ya nos íbamos frotando las manos de pensar que teníamos en nuestro poder un manjar con regalito (otros regalan gorras y frisbies, no?).

Pero no. No hubo efectos secundarios ni viajes a otra dimensión.

CC.

Tuesday, March 07, 2006

The Raveonettes

Me gusta este vídeo.
Qué malas somos las mujeres, je, je, je...

CC.


Monday, March 06, 2006

Los míticos Yoplait


En plena vorágine post-oscar (posts dedicados a los Oscar), os dedico esta foto que demuestra que la marca Yoplait, ésa que desapareció hace años de nuestros frigoríficos y supermercados, sigue existiendo al otro lado del Atlántico.

No suelo ver la gala de los Oscar, entre otros motivos porque en España es muy de madrugada y paso de mantenerme despierta para ver tanto glamour y destello de joyas y estrellas, que luego no me puedo dormir.

Como ahora vivo en esta parte del mundo en la que la gala es a una hora bastante aceptable, me senté a ver la tele con este yogur Yoplait de 750 gramos en una mano y una cucharita en la otra. Manzana con vainilla, buenísimo. Hay más sabores que pienso probar, todos en versión "0% grasa". No los hay "normales", al menos en la tienda donde los encontré.

Para contrarrestar la ausencia de calorías, comí yogur hasta que la cuchara dio contra el fondo del envase.

Toma glamour.

CC.

Saturday, March 04, 2006

Mormones


Después de las furibundas críticas de un sector del público masculino por tratar el tema de las zorritas pijas en mi anterior post, voy a abordar un asunto sobre el que quizá consiga un mayor consenso: los mormones. Ya hablé de ellos en el blog en otra ocasión. Puede que penséis que estoy obsesionada con el mormonismo o con la religión en general, cosa que en absoluto es cierta. De hecho, la religión ocupa no más de un 1 por ciento de mi tiempo al año: bodas, bautizos, funerales (hace tiempo que no me invitan a comuniones), poner el Belén en Navidad y alguna torrija en Semana Santa. Como digo, la religión me da igual, pero es que con los mormones no doy crédito.

Hoy he leído un reportaje de Marta G. Hontoria sobre los mormones en EE. UU., que están medrando mucho. Resulta que ahora hay varios de ellos que quieren presentarse a la Presidencia. Panoja no les falta, porque anualmente roban a sus fieles 6.000 millones de euros, más otros 5.000 que sacan de sus empresas y tal. Aunque el mormonismo es la única religión nacida en Norteamérica (12 millones de fieles, gran parte de ellos yankis), EE. UU. nunca ha tenido un presidente mormón. "el 17 por ciento de los estadounidenses no votarían a un presidente mormón bajo ninguna circunstancia”, un dato que no es alentador para los que se presentan. Pero ¿cómo que no es alentador? Es muy desalentador que sólo un 17 por ciento se negara a votar a un tío que asegura que el jardín del Edén estaba en Jackson County, Missouri. Y no me vengáis con que igual de absurdo es pensar que estaba entre el Tigris y el Éufrates porque eso, por si alguien no se ha enterado, es mitología. Lo de Jackson County también es mitología, una mitología casposa inventada por un paleto para engañar a otros aún más paletos que él.

Pero detrás de los chavales con cara de empollones que llaman a tu puerta para hablarte “de Jesús” hay mucho más que un engañabobos para hacer dinero (por cierto, que esos memos con corbata han jodido muchas familias aunque no lo parezca). Los mormones en EE. UU. renunciaron, supuestamente, a la poligamia. Pero muchos de ellos siguen practicándola, follan en grupo, rezan en grupo, son familias muy unidas. Eso sí, el matrimonio gay ni pensarlo y la que aborte, al paredón. Tengo mi opinión personal sobre estas prácticas, pero en fin, cada uno pensará una cosa. Pero es que los polígamos han resultado ser unos hijosdeputas. Así lo explica Marta en el reportaje (aunque en Internet me parece que no está): Colorado City es el enclave con más polígamos y se ha hecho famosa por “los terribles episodios de abusos a mujeres y niños”. Por si fuera poco, su libro sagrado es algo así como los estatutos de Ku Klux Klan Unas joyitas los mormones. Y luego, resulta que HBO ha hecho una serie medio de coña sobre un mormón que tiene tres mujeres y tiene que recurrir a la viagra. Y ellos indignados, claro.
Me liaba a guantazos…

Sue

Wednesday, March 01, 2006

Arte de WC y gatos griposos


Leo en la contraportada de un diario nacional una historia titulada "El perseguido arte de orinar". Va de un polémico artista danés "que pasará seis días en la cárcel por hacer pis en un muro como una forma de manifestación artística".

Hombre, ya que te pones a hacer arte, lo haces en la embajada de Turquía o en cualquier otro edificio oficial (por no esperar a la próxima Expo), como Ernesto de Hannover. La gente lo criticó injustamente: él sólo trataba de unir culturas mediante el arte.

¿El supuesto pis de Paris Hilton en un taxi podría considerarse arte? Si Duchamp revolucionó el arte contemporáneo con su urinario (titulado Fuente), ¿por qué no sacudir de nuevo la escena artística con otras "fuentes"?


También he leído una noticia que, aunque no es para morirse de la risa, sí lo es la forma en que está redactada. Ojo, que el tema es muy serio. Pero cuando se habla de animales domésticos y gripes pueden resultar párrafos muy graciosos. Corto y pego, que no tengo muchas ganas de escribir:

"La isla de Rügen, en el noreste de Alemania, ha registrado el primer caso de Europa de gripe aviar en un felino. [...] El virus se detectó en un felino muerto hallado el pasado fin de semana" (hasta aquí, bien).

"El científico [Thomas Mettenleitner] no ha excluido la posibilidad de un contagio humano a través de los gatos, aunque ha subrayado que por ahora no se han registrado casos, ya que para ello es necesario un contacto muy estrecho entre el animal y la persona" (cómo de estrecho?).

"Mettenleitner ha recomendado a los dueños de gatos con síntomas de resfriado [...] que vayan al veterinario y sometan al felino a un análisis" (ahora las clínicas de mascotas germanas se llenarán de mininos con moquillo).

Los gatos, que no son muy amigos de ir al médico, ya han anunciado que resistirán hasta la muerte.

CC.