Monday, January 30, 2006

Nueva imagen

Como veis, he cambiado la plantilla del blog porque, al igual que le pasó hace unos días a Arbusto y a otros blogueros más, mi perfil se había ido a tomar por saco.
A ver lo que dura este...
CC.

Sunday, January 29, 2006

Tú, que eres periodista


He leído un post de Arbusto sobre sus años como becario en un periódico provincial y he decidido escribir una historia de periodistas. No sé si os habéis parado a pensar en lo que hay detrás de un reportaje. Sí, cuando pasáis distraídamente las páginas del periódico o cuando lo empleáis para envolver el bocadillo, para proteger el suelo cuando pintáis la casa o como improvisado mantel. Es probable que sí, sobre todo los plumillas. [Apunte: ¿cómo sabes si alguien es un plumilla? Muy fácil, le das una revista desconocida. Si lo primero que mira es la mancheta (el staff), es un plumilla]. Pero la historia que voy a contar seguro que no se la imagina ningún lector del reportaje en cuestión. Ante todo, quiero decir que es completamente cierta, que la sé de primera mano e incluso he conocido a sus protagonistas del “lado oscuro”.

Lo digo porque es difícil de creer. En la era del ipod, del emule y del topmanta, ¿Qué valor tiene un cd? Poco, pensaréis. Pero aún hay gente que está dispuesta a matar por uno. Le ocurrió a una conocida, plumilla de poca monta de profesión. La chica consiguió una entrevista con una latinqueen. Española, para más señas. Como era menor de edad, la madre dio su consentimiento y presenció la charla. En mitad de la misma, cuando la chavala contaba los rituales de los “reyes”, la madre intervino: “Oye, ¿sabes qué? A mi hija le gusta mucho la Pantoja. Así que podrías regalarle el nuevo disco. Sería un detalle por lo de la entrevista”

Plumilla enmudeció. Una proposición extraña, coincidiréis. Pero salió del paso cambiando de tema y siguió con la entrevista. Luego se fue, escribió su reportaje, salió publicado en unos días y santas pascuas. Fue entonces cuando comenzaron sus problemas. La madre de la “queena” la llamaba al móvil a diario para recordarle lo del cd. “Me tenía todos los días una hora hablando y no sé exactamente qué quería. Si lo hubiera sabido, le compro el puto cd a la niña y se acabó”, cuenta Plumilla. Pero ya era demasiado tarde. Se había metido en una espiral de la que era difícil salir. La madre seguía llamando. “Se iba por las ramas. Un día incluso me dijo que había pensado enviar a su hija a vivir una temporada con `Isabel` para que se alejara de la banda. Yo que eres periodista, me dijo, podría conseguirle su teléfono móvil”, relata.

(Un inciso: imaginaos a esa Panto paseando por Cantora, que recibe una llamada al móvil preguntando si quiere adoptar a una fan latinqueen. Yo creo que incluso le estaría bien empleado, por hacer chanchullos con Fujimori para adoptar a su peruanita por lo ilegal).

Plumilla dejó de coger el móvil y las llamadas se convirtieron en mensajes con amenazas de muerte. Madre e hija acudieron incluso a buscar a la pobre Plumilla a la puerta de su lugar de trabajo. Por suerte, ese día estaba enferma. Fue ahí donde servidora las conoció, por casualidad, se alegró de ir acompañada e incluso fue instada a trasladar las amenazas a la chica. Plumilla, que nunca estará en la lista de periodistas amenazados que hace Reporteros Sin Fronteras, optó por cambiar de número de móvil y por advertir a los seguratas.

Y hasta aquí la historia más surrealista del mes. Pensaba completar esta entrada con otras historias surrealistas que han surgido durante la elaboración de una pieza periodística, como cuando mi amiga Yola fue a hacer un reportaje a un burdel de semilujo y se encontró con la hija de sus vecinos, de 19 años, de prostituta. Pero esa historia, si bien es tronchante, no le llega ni a la suela del zapato a la de Plumilla.

Sue.

Saturday, January 28, 2006

Un finde más


Hasta las ardillas se emborrachan...
Y yo aquí, currando en fin de semana. Guau.
CC.

Thursday, January 26, 2006

Animadoras que no animan


Advertencia: este post no es apto para feministas.

Dicho lo anterior, paso a comentar mi estupor ante un fenómeno que me sorprende: las animadoras de los equipos (sobre todo en baloncesto) ya no llevan pompones, ni falditas cortas, ni hacen piruetas acrobáticas. He hecho un barrido por Internet buscando fotos y sí, en algunos deportes (léase fútbol americano) se conserva intacta la figura de la animadora que combina erotismo con inocencia para calentar al personal. Es su función, nos pongamos como nos pongamos.

Porque seamos sinceros: la figura femenina ligera de ropa alegra la vista. Un ejemplo claro lo tenemos en la publicidad, donde el objeto anunciado pierde su atractivo si no sale una tía buena retorciéndose de éxtasis cuando se echa un perfume o se sienta en un bólido (lamentablemente, siempre de copiloto). Y apuesto cualquier cosa a que las feministas se ponen cachondas cuando ven tíos semidesnudos anunciando un desodorante.

Así que no entiendo por qué a las animadoras, últimamente, les da por ponerse unos pantalones y un top, como quien va al gimnasio de la esquina, y se limitan a hacer aeróbic en la pista. Puffff...
Supongo que es una consecuencia más de la "Era del Buenrollismo", en la que está de moda retirar anuncios porque los colectivos redactan manifiestos en cuanto se sienten ofendidos ante cualquier imagen o contenido.
Así que imagino que, para no atentar contra la sensibilidad de ciertos grupos sociales, las animadoras se tapan hasta los tobillos, dan cuatro saltitos y ya (yawn!).

Tampoco es cuestión de llegar a ciertos extremos. Estas son las animadoras de un equipo de fútbol argentino de segunda división con zorrillas de primera. Aunque no lo parezca, llevan tanga. Y el fotero que está tumbado se lo está pasando pipa con la excusa de la foto. No se levanta porque algo se lo impide. Esto es un ejemplo de lo que NO se debe hacer. Por dos motivos:

-Las chicas pasan frío.
- El respetable no está atento a lo que pasa en el campo.

Qué mundo es éste, en el que todo es 'light' y descafeinado... A dónde vamos a parar.

CC.

Wednesday, January 25, 2006

Ha venido "la secreta"

Que quede claro que escribo este post porque Arbusto, quien debería contarlo, no lo hace. Y esta es una historia que debe ser contada.

Esta Navidad, mientras cada uno estaba disfrutando de unas maravillosas e increíbles vacaciones familiares en sendos pueblos perdidos de Ejpaña, me cuenta que en el suyo ha habido unas movidas porque, al parecer, se celebraban timbas de juego ilegales, hubo un tiroteo o algo así y dispararon a un tipo.

“Así que estos días ha estado por aquí la secreta”, me dice con toda la naturalidad del mundo. “¿Cómo lo sabes?”, pregunto yo. “Bueno, pues porque ha venido un tío al pueblo y todo el mundo sabe que es de la secreta”, sigue inmutable.

Joder, vamos a ver… Llega un agente de la policía secreta a investigar un caso, va disfrazado de tipejo interesado en/relacionado con timbas (pinta regulera, anillos de oro, pelo grasoso) y resulta que ¡TODO EL PUEBLO sabe quién es!
Así no se puede trabajar, hombre, por dios…
Para que luego digan que los de pueblo son gañanes.


CC.

Monday, January 23, 2006

Caperucita la Roja


Una vez leí que, en la época de Franco, el cuento de ‘Caperucita Roja’ se llamaba ‘Caperucita Encarnada’, por aquello de erradicar cualquier palabra que pudiera referirse a los comunistas. Hay que ser retorcido para creer que la chiquillada iba a pensar en los rojos al escuchar el cuento. Aunque, bien mirado, puede que el verdadero relato fuera algo rojillo y los censores, hábiles como eran para encontrar el Mal con mayúsculas, decidieran retocarlo para adaptarlo a lectores de 3 a 7 años. Es más, imagino cómo sería la narración original:

“Érase una vez una niña bastante comunistilla llamada Caperucita Roja. Era muy lista e independiente y se ganaba la vida repartiendo folletos del Partido y de algún que otro sindicato clandestino. Como estaba perseguida, vivía cerca de un bosque para poder esconderse cuando fuera necesario.
Un día, salió con su cestita hacia casa de su abuelita, que vivía al otro lado del bosque. Como la pobre estaba enferma, a veces iba a visitarla y a llevarle unas cuantas octavillas para que se entretuviera leyendo. De repente, una pareja de grises le cerró el paso y uno de ellos dijo: “Hombre, mira quién está aquí… Si es esa rojilla maldita. ¿Adónde vas con esa cestita, guapa?”.


Mira Sue, iba a proponer a los lectores de este blog que sugirieran algún final -o una continuación- de este cuento, pero dada la apatía que suelen mostrar para estas cosas, me rindo. Que os j****.

CC.

fdfdsgfd

Monday, January 16, 2006

Padres freakies


Mi padre es un cacho freak. No hasta el punto de comer murciélagos crudos, como Ozzy Osbourne, pero sí hace alguna que otra 'frikada' de vez en cuando. Pero lo que me lleva a escribir este post es que he descubierto que muchos padres de amigos y conocidos hacen también cosas muy raras. Sin ir más lejos, en el entorno bloguero que me rodea, pero no diré nombres por si quieren permanecer en el anonimato.

Fuera de él, puedo contar el caso del padre de una amiga, que preferiría que sus dos únicas hijas fueran lesbianas para que no se las f**** ningún tío. Los padres de esta amiga suelen salir con los míos y sé que una vez, volviendo de marcha en el mismo coche, pasaron por delante del piso en el que vivía el noviete de una de ellas. El padre, que iba un poco pedo, asomó la cabeza por la ventanilla y gritó: “¡Cabrón, hijoputaaaaaaaa!”

El mío no llega a estos casos de enajenación mental (que yo sepa), aunque sí hace algunas cosas bastante peculiares.


- Cuando yo era pequeña, le dio por fabricar arcos, flechas y arpones indios. Es lo que tiene haber pasado la infancia jugando a indios y yankis con un fuerte. El caso es que los hacía muy bien, habrían dado el pego en un museo porque estaban muy bien conseguidos. También hizo un hacha de guerra o tomahawk (ahora ya sabéis de donde viene el nombre de los misiles).

- También tenía un arco y unas flechas con punta redondeada para entrenar y nos enseñó a tirar a mi hermano y a mí.

- Una noche, mi madre vio un ratón del tamaño de una nuez paseándose por las cortinas de su habitación. Mi padre, ni corto ni perezoso, cogió el arco y una flecha de punta redondeada, apuntó y el ratón cayó al suelo. Murió por traumatismo craneoencefálico, porque la punta era demasiado gorda y no hubo derramamiento de sangre.

- En mi primer post de este blog hablé sobre su afición a los cómics. También le gusta la novela histórica, que lee por las noches mientras ve en la tele dos pelis a la vez. Le encantaban las que ponía Garci.

- Por su afición a la lectura, alguna vez ha hecho alguna pirula: ir a una tienda de libros, comprar uno, leerlo en tiempo récord y luego devolverlo intacto diciendo que la persona a la que lo había regalado ya lo tenía. Y lo cambia por otro título.

- Sabe francés, pero le encanta presumir de que también se maneja con el inglés. Esta Navidad quiso avisar a unos vecinos ingleses de que iban a cortar la luz durante todo el día. Me preguntó cómo se decía en inglés, no lo entendió y decidió hacerlo a su manera. Cuando el vecino abrió la puerta le soltó: “Oye, John, tumorro, electricity kaput”. Con un par.

- En otra ocasión, estaba yo hablando con mi madre de una amiga que sueña con llegar virgen al matrimonio y mi padre, que estaba abstraído leyendo un libro, soltó: “A tu amiga lo que le pasa es que es frígida”. Y siguió leyendo.

- Además, cuando se ríe maliciosamente en plan triunfo lo hace como el bloguero de Vladivostok: “jurl, jurl”.


CC.

Saturday, January 14, 2006

No tiene precio


Como anuncié, voy a hablar sobre mi compañero de trabajo: Topo. Bueno, no voy a escribir una biografía, porque con todas sus anécdotas ocuparía varios volúmenes. En concreto, y ya que Copycat habla de relaciones en su anterior post, me referiré a su relación con su novia.

Topo es buen chaval. Sin embargo, hay motivos por los que numerosas mujeres no lo elegiríamos como pareja. El muchacho no es muy detallista. A su novia le quería regalar por su cumpleaños una freidora como gran sorpresa para que ella le preparara patatas fritas antes de que él llegara del curro. Nos consultó a otra compi y a mi y le convencimos de que le regalara algo más para ella. Le acompañamos a comprar un bikini y le dolió en el alma gastarse los euros porque, ¿de qué le sirve a él un bikini? Pero esto es lo de menos. El tío es muy machista y encima está convencido de lo contrario. Una de sus frases antológicas es «¿qué es eso de que se pueda poner a los hijos como primer apellido el de la madre? ¡Pero si ya os dejamos (sic) poner el segundo!» Por otra parte, es bastante ruin y mentirosillo y a menudo inventa excusas absurdas para salir a emborracharse en lugar de quedarse en casita con su chica. Cuando salen los dos con más gente muchas veces él se enrolla a hablar con cualquiera, hombre o mujer, conocido o no, y ella acaba hasta las narices. Me da la impresión de que Topo hace más caso a lo que diga un queso de bola que a lo que diga su novia, por muy razonable que sea esto último sólo por quedar bien con el queso de bola (aunque, desgraciadamente, este es un defecto que comparte con más tíos). Es un chico con inquietudes. Se inquieta mucho cuando llegan becarias nuevas al trabajo. Y, encima, se las describe a la parienta como feas y contrahechas cuando son pivones.

Pero, como digo, Topo es buen chaval y esta vez, esta vez se lo ha currado para darle un sorpresón a su novia que le va a encantar. Y lo digo en serio. La gran ilusión de la chica (no digo su nombre para que una búsqueda en google fortuita no le reviente la sorpresa) siempre ha sido viajar a una capital europea (no digo su nombre por igual motivo). Por circunstancias nunca ha podido ir. Pues Topo lleva desde septiembre preparando la sorpresa: el viaje. Se van la semana que viene y ella no sabe nada. Como no podía llevarla al aeropuerto por las buenas (problemas de curro, compromisos, qué sé yo), se inventó que tenía un viaje de trabajo a un lugar de España en el que podía ir con acompañante. El tío se ha currado hasta unas notas de la empresa que supuestamente les invita, con un montón de información (falsa, pero verosímil) e incluso recomendaciones como la de llevar ropa de abrigo. Todo atado. Piensa incluso en mandarla a comprar el periódico cuando vayan a facturar, así que con un poco de suerte la tía no se entera hasta que esté en el avión.

El otro día Topo me llevó a mi casa y en el coche íbamos comentando la jugada. Reproduzco la conversación casi literal:

-Sue: así que no sospecha nada, ¿no?
-Topo: nada de nada, está totalmente engañada, ¡jajajajajaja!
-S: Pues vaya sorpresa se va a llevar.
-T: sí, ¡se va a volver loca!
-S: me parece un detallazo por tu parte.
-T: sí, es una sorpresa con clase, je, je, pero ¿sabes qué es lo mejor de todo?
-S: mmmm... no sé. ¿Que te vas a hartar a f*****?
-T: No. Lo mejor es que, después de esto, ¡¡¡¡¡VOY A TENER CRÉDITO ILIMITADO PARA CAGARLA EN OCASIONES POSTERIORES!!!!!

Me quedé anonadada. Así que, así es como funciona ese cerebro: una inversión para asegurar el futuro, dieta una semana para atiborrarte un mes, acumular puntos en tu carnet para después ir atropellando viejas (perdón, estoy un poco obsesionada con el tema). La pregunta es ¿Funciona igual el de todos los tíos? Es más, ¿funciona igual el cerebro de toda la humanidad?

Decidme que no, porque si no, la próxima vez que D. me haga un regalo le parto la cara, palabra.

Sue.

Friday, January 13, 2006

Paciencia, señores


Siempre he hecho buenas migas con los tíos. Incluso con 12-13 años me atrevía a salir con un primo de mi edad y con sus amigotes. Y digo esto porque estaban en una edad que, por lo visto, es crítica para los chicos, porque van de machotes y desprecian a las tías. En el caso de estos gañanes, creo que lo hacían porque no tenían ni idea de cómo dirigirles la palabra.

He participado en conversaciones no aptas para chicas y me han contado muchísimas movidas. Quizá por eso no me escandalizo cuando oigo algún comentario que cualquier mujer tildaría de machista. Hasta los entiendo. La verdad es que tienen mucha razón cuando critican a las tías en temas como el ligoteo o la pareja.

Es cierto, algunos seres humanos de mi género pueden llegar a ser insoportables, por su especial habilidad en sacar las cosas de quicio y en malgastar energía en cosas que carecen de importancia. A continuación, un listado de cosas o situaciones que no comparto/detesto de las chicas.

1.-¿En qué piensas? Un clásico. Con una pregunta tan simple se despiertan tempestades. Ella siempre quiere saberlo todo y él, que pensaba en la mona de pascua, le responde que nada.
- ¿En nada? Eso es imposible. En algo estarías pensando.
- Que no, mujer… Bueno, sí, pero era una chorrada.
- Pues si es una chorrada no te importará decírmelo, ¿no?
- Bah, si son tonterías...
- Eso es que no me lo quieres decir.
- Joder, estaba pensando que tengo que llamar a Fulano esta tarde.
- Mentira. Te lo acabas de inventar para salir del paso.

Bronca al canto. Insufrible.

2.- La bola de nieve. A partir de algo que ha dicho él y que, en principio, carecía de importancia, ella elabora toda una teoría de la conspiración, le da mil vueltas, intenta averiguar el “verdadero” significado de sus palabras y monta el pollo.

3.- El perro del hortelano. Que ni f**** ni deja f*****. Es lo que se llama una calientap*****, espécimen que los chicos de mi generación sufrieron durante su adolescencia y temprana juventud. Unos colegas míos se lamentan a menudo de no haber nacido hace 16 años para f***** a diestro y siniestro con las chavalas de ahora, que son bastante más frescas. Les entiendo. No se puede estar calentando a un chico toda la noche y luego despedirte con un par de besos. Hombre, por favor, que los tíos también tienen su sensibilidad…

4.- La romántica empedernida. Y tocapelotas. Una amiga del instituto era así. Le gustaba que su novio le cediera el paso al entrar en algún sitio y que le abriera la puerta del coche antes de sentarse él. El colmo de los colmos fue una situación que reproduzco a continuación:

Grupo de amigos sentados en la terraza de un bar. Una china que vende rosas ve de lejos a la parejita. Se acerca. Ofrece las flores.
- (Busca dinero en el bolsillo) ¿Te compro una rosa?
- (Moviendo la cabeza) No, no.
- Venga, que sí, que me hace ilusión.
- (Muy seria) ¡Que no, hombre, que no quiero!
Tras irse la china, mi amiga le espeta a su novio: “¡Eres imbécil!”. Él, a cuadros, claro, le pregunta qué ha hecho mal. “¡Tenías que haberla comprado sin preguntarme, idiota!”

Qué paciencia, señor…

5.- La Bat-factor. Una clase de chica tipificada en este documento. Si tenéis tiempo, leedlo, está cachondo, aunque la persona que lo escribió estaba peleada con las tildes, entre otras reglas ortográficas. La clasificación viene casi al final, junto con otras consideraciones bastante graciosas (y me temo que reales). Es la tía fea que, como no se come un rosco, le revienta los ligues a su amiga la guapa. La envidia, que es muy mala…

No se me ocurren más manías ni comportamientos insufribles, pero seguro que a los lectores de este blog sí.


CC.

Thursday, January 12, 2006

Más currar y menos postear

Como dije en los comments, me había propuesto dejar el pesimismo en el blog por un tiempo, pero creo que no va a poder ser. Hoy tenía pensado escribir cosas superdivertidas y nada negativas, de verdad. Pero, desgraciadamente, me tengo que ir a trabajar. "¿Y por qué no actualizas en el curro, Sue? Aprovecha y haz como que trabajas cuando tu jefe se vaya a fumar o se ponga a contarte un coñazo", pensaréis vosotros. Pues no, desde ayer esto no es posible. Los paniaguados (por no decir lameculos) de los informáticos han capado los blogs. ¿Por qué? No alcanzo a entenderlo, pero así es. Bueno, ayer se podía entrar a ratos. A ver qué pasa hoy. Lo de las entradas superdivertidas lo tenemos que dejar para otro día. Besos a touts.

Tuesday, January 10, 2006

Decepción y miseria

Como habréis comprobado, Copycat ha vuelto y exige su sitio en su propio blog. Pero, ¿qué queréis que os diga? en estos días navideños le he cogido el gustillo a este tejado y he decidido no abandonarlo. Hoy me dirijo a vosotros para compartir mi decepción. Mi miseria no puedo compartirla, ya me gustaría. Os resumo la historia entera:

-Cuando era muy pequeña, mis padres me preguntaron "¿qué le quieres pedir a los Reyes?" y yo respondí "ehh... ¡un coche!" "¿Un coche, qué coche?", dijeron ellos. A mis cuatro años era demasiado pequeña para entender de marcas y modelos, quería la cosa en sí. Llegó el día 6 y recibí un cochecito de muñecas. No era lo que tenía pensado, pero no me pareció mal y me conformé. Ahí empezó mi caída en picado en el mundo del automovilismo.

-A los 8 tardé dos años en aprender a montar en bici y me metí unas hostias que ni os cuento.

-A los 14 un chico del pueblo me dijo que si dábamos una vuelta en moto. Se las prometería muy felices, pero yo tenía más miedo que vergüenza y a los pocos metros le exigí apearme.

-A los 20 me apunté a la autoescuela. Dinero tirado, ni siquiera hice un test.

-A los 25 volví a la carga, esta vez convencida y azuzada por D., que ejerce de chófer y está hasta los huevos. Aprobé el teórico y me puse a dar clases prácticas.

-Llegé a los 26. Conocí a mi profe. Al principio no me caía bien, pero ahora somos uña y carne ¡Nos ha jodido! Di un millón de clases y suspendí una primera vez (lo hice muy bien) y una segunda (lo hice fatal). En este punto, mi profe yo ya nos contábamos nuestras cosas. Me contó incluso que su ex mujer le quiso asesinar dejándole sin frenos. Supendí una tercera vez (por no saber poner el ventilador) y HOY ha sido el fatídico día en que he suspendido por cuarta vez. Dicen que he hecho mal un stop. Ahora tengo que pagar un auténtico pastón que no sé de dónde sacar.

Y hasta aquí mi historia. Me pregunto qué habría pasado si no hubiera sido tan conformista y hubiera exigido mi coche a los cuatro años. Habría jugado toda la vida con cochecitos y a los 18 habría pedido la matrícula de la autoescuela por mi cumpleaños. Lo habría sacado a la primera y ahora conduciría un Audi A3 como el de mi amiga Yola, por ejemplo. No sería un parásito. Es cierto que no habría leído tanto en el metro, pero ¿es eso un consuelo?

Sue.

Monday, January 09, 2006

Feliz 2006



Feliz año nuevo a todos los que conservan la sana costumbre de decir "hijo de puta" en los momentos oportunos.

Te quedas como dios.

Está claro, hay que decirlo más.

CC.

Saturday, January 07, 2006

Viajeros vip

Bueno, se acabaron las visitas esporádicas al blog. Ya estoy de vuelta en casa, tras un viaje trasatlántico vía Frankfurt que salió mejor de lo esperado, teniendo en cuenta la traumática experiencia de Arbusto en este aeropuerto y el trato borreguil sufrido en un aeropuerto yankee.

Conociendo el carácter terco y cuadriculado de los germanos, esperábamos bastante tensos nuestro turno para pasar la aduana. De repente, se nos acercó un oficial y nos preguntó si éramos europeos (preguntaba por preguntar, el tío nos vio la pinta de españoles a la legua). Cuando le dijimos que sí, el hombre nos invitó amablemente a pasar por la ventanilla para ciudadanos europeos, que no habíamos visto y que en ese momento estaba libre.

Dejamos la enorme cola con satisfacción y sacamos nuestros pasaportes. Tendí el mío, el colega lo miró por encima y, cuando Arbusto quiso darle el suyo, nos hizo un gesto como de "nohacefalta,hombre,pasa,pasa".
Una vez dentro, dije: "Ha sido la vez que más cerca hemos estado de ser tratados como clientes VIP".

Y todo gracias a viajar con su señora y a la cara de no haber roto un plato en su vida de ésta.

CC.

Wednesday, January 04, 2006

Pórtate bien, que vienen los Reyes


Hola, amigos. Hoy no tenía muchas ganas de escribir. Bueno, ganas sí, más bien tenía dudas tipo "¿debo utilizar el blog como diario de puertas abiertas o más bien tipo periodismo ciudadano?" Pero cuando he entrado en el metro se me han disipado todas y he sabido que tenía que compartir la frase que he escuchado. La autora, una chica más o menos de mi edad (26), con dos churumbeles. No tenía pinta de ser una promesa de la ciencia española, para que me entendáis. La frase:

"Los Reyes os van a traer... ¡piedras! Porque no sois niños, ¡sois etarras!"

¿No creeis que los padres se pasan un poco con lo del pórtate bien, que vienen los Reyes? Yo una vez hasta tuve que interpretar el papel de secretaria de los Reyes Magos para amedrentar por teléfono a la prole de un compañero de trabajo. Con esa cantinela todas las navidades, los críos deben de estar suaves como la seda. No es que lo critique, si algún día me reproduzco supongo que usaré la misma técnica. Pero con niños-etarras, casi mejor una poquita de medicina contra el déficit de atención, que luego se enteran de que los Reyes son los padres y se vengan.

Monday, January 02, 2006

Viva Ikea


Hola a todos. Hoy, 2 de enero, día en que no curro, estaba navegando un poco, haciendo tiempo para que haga menos frío antes de irme a comprar regalos de Reyes. Por la fiebre renovadora del año nuevo, y porque mi trabajo me da bastante asco últimamente, me he puesto a mirar ofertas del infojobs y me he topado con una sorprendente.
Miradla si queréis, pero os la resumo: resulta que necesitan periodistas-blogueros que escriban al menos 10 posts al mes a 5 euros la pieza, imagino que menos impuestos. Hasta aquí puede ser normal: el dinero es simbólico, pero si te gusta escribir, etc. pues muy bien. Nosotros aquí lo hacemos gratis. Pero es que lo gordo es la temática de los posts. Tienes que escribir sobre tiendas conocidas y caras de Madrid, grandes marcas. La oferta, a simple vista, parece más bien uno de los Episodios Nacionales, y detalla muy claramente que no se trata "de descubrir una tienda con encanto o desconocida, ese puesto ya está cubierto". Sólo tienes que ponerte snob y decir por qué te gusta gastarte una pasta en Loewe, cosa que haces día sí, día también. Es ficción, claro. Alguien que escribe a 5 euros por post es pobre como las ratas y como una considerable parte (que no todos) los plumillas. Si tuviera pasta, al menos lo haría gratis.
Pero lo que más me ha dolido de la oferta es que, en otro capítulo dice algo así como: "'Por lo que vale esto me compro 10 en Ikea'. Esta es una de las frases que nunca debes decir. Apunta en tu solicitud otras frases que nunca dirías".

Esto me ha llegado. Entiendo perfectamente el espíritu que buscan los amigos de los 5 euros el post: glamour para buscar-pagar publi. Pero, ¿quién se creen que va a responder a su miserable oferta? Es la eterna paradoja del plumilla que un día se pone hasta el culo a comer en La Broche (invitado) y al día siguiente cuenta las monedillas para un sandwich de máquina y cena gusanitos porque si no no se puede tomar ni medio cubata.

Es posible que alguno de los incautos que se han apuntado a la oferta estén pensando "joé, qué vergüenza, y yo que tengo de Ikea hasta la escobilla del váter". Pues yo quiero decir una cosa con la que creo que estará de acuerdo más del 90 por ciento de los lectores: Ikea es un gran sitio, es un sitio de puta madre, desde la entrada hasta la salida (lo peor). Podría pasar días enteros sin salir de ese parque temático de lo barato, bonito, práctico y divertido. ¿Dónde si no en Ikea te dan de desayunar un plato de salchichas, bacon y huevos con su café, su zumo y sus accesorios por 1 euro? Eso le alegra la mañana a cualquiera. ¿Quién ha hecho más por difundir la cultura sueca en el mundo, la princesa borderline Victoria en sus visitas guiadas o Ikea? Porque todo lo que compré y lo que me llamó la atención en mi por ahora único viaje a Suecia está también en el Ikea de Alcorcón. Si no existiera Ikea, ¿podríamos tener mi santo y yo la misma mesa-sillas que Arbusto y Copycat tienen en su piso al otro lado del mundo? ¿Podrían ellos sentirse como en casa cuando vienen a la nuestra hasta tal punto que Arbusto, sonámbulo, se levante y se desenvuelva con toda naturalidad pensando que está en su hogar? Una vez, después de ir a Ikea, fui a una de esas ferias del mueble y sí, lo que pasó por mi cabeza todo el rato fue la frase prohibida: "por lo que vale esto me compro 10 en Ikea". Algún día espero tener pasta suficiente para comprar los muebles de la feria, pero ni siquiera entonces morderé la mano que me da de desayunar por un euro.

Ikea es grande. En mis clases de conducir siempre he insistido al profe en que me enseñe a ir a este icono de la globalización (al de Alcorcón), donde sin duda pasaré el 90 por ciento de mi tiempo de ocio en cuanto me haga con un carro. En la puerta del Ikea de Alcorcón, de hecho, suspendí mi segundo examen, probablemente porque presté más atención a los anuncios de la fachada que a cambiar de marchas. Por el Ikea he pasado 1 hora en el metrosur para comprar cuatro cojines, ocho perchas y sí, dos escobillas para mis aseos (pero con mucho glamour, las tienen igualitas en la cafetería pija donde vamos todas las nochebuenas, ver dos o tres posts anteriores). Quizá penséis que soy exagerada. Lo admito, pero es que me han indignado los términos en que estaba escrita la puta oferta.

Otro día puedo hablar de Zara, aunque ni de lejos le profeso la misma devoción que al templo sueco. Me voy a comprar los regalos. ¿Alguna idea de a dónde?

Sue