Wednesday, March 29, 2006

Vegetarianos e integrados



El sábado coincidí con un conocido al que hacía años que no veía. Me contó que trabaja como promotor de conciertos en una discográfica, curro que, en gran medida, consiste en ser el criado de los músicos durante su estancia en la ciudad donde se celebre el evento. Como soy cotilla, quise saber qué cosas le habían llegado a pedir. Parece ser que porros y farlopa están a la orden del día. Incluso un grupo (no recuerdo cual) le pidió un pico para el batería (este capricho no se lo pudo conceder, pues la única forma era enviar a la mujer de su jefe a Las Barranquillas a bordo de un Mini). Drogas aparte, el más pesado, me dijo, fue un cantante (tampoco recuerdo) que era vegano. “Significa que sólo come cosas que hayan caído naturalmente de los árboles”, me explicó. “¡Qué hijodeputa!” le respondí.

Sí, sí, qué hijodeputa. Pero, mientras lo decía, venían a mi memoria recuerdos. Sí, yo fui vegetariana. Todo empezó en mis últimos años de instituto. Ya sabéis, las malas compañías. Cler y yo nos sentábamos en la fila de atrás con las guays. Eran guays porque llevaban pañuelos palestinos, no les gustaba estudiar, pero sí leer o, al menos, pasear libros. Algunas frecuentaban casas okupas y a todas les gustaban el incienso y las velas (amén del hachís y el calimocho). Nuestro primer punto de encuentro fue nuestra común aversión la clase de gimnasia.

Una de ellas, Espe, empezó a meterse en grupos de chalados que van a Las Ventas para rociar con spray los visones de las señoras que salen. Influenciada por un amigo suyo perroflauta, se hizo vegetariana e intentó arrastrar a las demás. La mayoría no le hizo ni puto caso, aunque mostraban respeto. Éramos buenrollistas. Y yo, que era necia, la empecé a escuchar.

Dejé de comer carne y pescado (una vez primero y, tras una pausa, otra). Me hacía mi comida, diferente de la de mi familia, porque no admitía ni un poco de jamón con los guisantes, aunque sí tomaba leche y huevos. No había motivo dietético: nunca he tenido colesterol y estaba delgada. Mis motivos eran éticos. Los animales son seres libres, no comida, decía. De aquella época data la mayor parte de mi fondo de armario para estar por casa (sola): una camiseta con unos monos-cobaya que reza “Torturad@s. Encarcelad@s”, mi camisa “Evo Morales”… Pronto los perroflautas se radicalizaron. La moda era marearte en la carnicería, a la vista de esos cadáveres, no vestir jerseys de lana, porque la dan las ovejas… Les pregunté por qué llevaban botas de piel y empezaron a utilizar Converses (recordemos, entonces NO las llevaba nadie). Espe me prestaba libros sobre legumbres y ensaladas. En fin, este era el panorama.

Por aquel entonces conocí a D. La primera vez que salimos entramos en un bar a tomar una caña y al camarero se le ocurrió ponernos como aperitivo unos suculentos montados de lomo con pimientos. Pensé “mierda, por qué le habré contado que soy vegetariana”. Pero me tenía que mantener firme. Los miré de reojo, procuré poner cara de asco y pasé. D. tampoco los probó. Ante esta anécdota, mis amigos concluyen que tiran más dos tetas que dos carretas, y la verdad es que le dio resultado pues yo, por no dar un bocado al lomo, se lo di a él, conmovida por su respeto a mis ideas, y hasta hoy.

No os asustéis. El vegetarianismo sólo me duró unos meses, Me cansaba idear comidas, meriendas y cenas sin carne. Ahora me río, llamo hijoputa a un vegano, me indignan los okupas (soy propietaria, joder), me marea el incienso y no las carnicerías, me dan mal rollo las velas, no me gusta vestirme con harapos, trabajo en un sitio que podríamos calificar suavemente como conservador, he ido a esquiar e, incluso, me propongo aprender a jugar al paddle (¿es así?) Sigo con D., pero él ya no lleva greñas ni yo palestino, y me cuesta imaginármelo renunciando a un montado de lomo para no herir mi sensibilidad.

Me he convertido en lo que odiaba, y cada día estoy más satisfecha. Tiemblo de pensar qué pasará dentro de 10 años. ¿Tendré un visón?

Sue

17 Comments:

At 12:56 AM, Blogger Haters said...

Post of the Year.

 
At 9:24 AM, Blogger Chasky said...

Todos cambiamos, yo también era de los que decía que nunca haría ciertas cosas que ahora hago. Lo importante es hacer lo que te dé la gana y te pida el cuerpo, y es verdad que poco a poco dejamos nuestros idealismos y nos integramos más en la sociedad.

Aunque que quieres que te diga, yo de momento prefiero estar en los extremos de esa sociedad por si quiero salir por patas.

 
At 11:05 AM, Blogger Quic said...

Sue afirma que no es vegetariana, "pero ellos tienen razón". Eso dijo hace un tiempo, al menos.

Yo a los vegetarianos les deseo un escorbuto y una gota, por ese orden, si son de esos brasas que dicen a los demás qué deben hacer. Si son majetes, allá ellos, a más corderos tocamos.

Si conociérais a la Sue senecta actual, y a la de hace seis o siete años, os sería tan imposible imaginarla vegetariana...

 
At 11:26 AM, Blogger Hans said...

Jisjisjisjis... yo no digo NADA DE NADA en cuanto a esta atinadísima y meaculpesca entrada (aunque ya tenía noticia de cierta camiseta tuya de tus propias letras).
Eso sí, Quic: no llames senecta a la bella Sue, que haciendo eso me llamas a mi putofósil.

 
At 11:59 AM, Anonymous Anonymous said...

Haters: gracias, gran halago.

Chasky: sigue en los extremos si estás a gusto. A lo mejor yo también salgo por patas cualquier día de estos. :D

Quic: es cierto que sigo pensando que los vegetarianos tienen razón en muchas cosas, dietéticas y éticas. Eso es lo más triste: renunciar a tus principios por un bocata de panceta. Pero senecta lo será tu prima la del pueblo. ;)

Hans: gracias por lo de bella. No lo soy tanto con esas camisetas, pero intento que nadie me vea con ellas. :DDD

 
At 3:02 PM, Blogger iReYaNiL said...

Yo soy como tú eras, jeje, estoy en la edad, pero bueno... nada exagerado. Llevo palestinos, estudio, leo, me gusta el incienso y las velas, no soy okupa, como carne y no me gusta nada que sea pijo.

Cambiare? Jurr... todo se verá.
Un saludo

 
At 3:55 PM, Anonymous Anonymous said...

Ireyanil, tampoco creas que he cambiado tanto ;D. la prueba es que sigo con el mismo tío y cualquiera puede decir que no entramos en la categoría de pijos. Lo mejor es que ahora me tomo menos en serio ciertas cosas.

Supongo que los cambios naturales no son malos. Más preocupante sería que un día te levantaras y tuvieras puestos unos náuticos, unos pendientes de perlitas, mechas rubias y el carnet de Nuevas Generaciones...

 
At 5:02 PM, Blogger Hans said...

Hablando un poco más en serio y con todo respeto: a veces, navegando por la blogosfera, me doy pasmada cuenta del nivel de prejuiciosidad del personal. El mismo nivel de prejuiciosidad que se predica de "los pijos" se produce en el otro lado del espectro sociológico.
La de los pijos es en realidad una categoría de los más flexible, btw; yo no me considero tal, aunque me han metido ocasionalmente en ella, a pesar de que tranquilamente retaría a casi cualquier supuesto soi-dissant "antipijo" (por simplificar, no me gusta el término pero es para entendernos) a lo siguiente:
a) Definir qué es "pijo" y qué no.
b) Ver quién ha sido capaz de asimilar más diversidades, vía experiencias, lecturas, audiciones y visionados COMPRENSIVOS. A pesar de los ocasionales náuticos.
Y mientras, algunos estamos sentaditos tan ricamente al margen, observando y con una copa de balón con malta 18 y.o.
Y eso no es pijez, oiga. Se lo aseguro. :D.

 
At 5:52 PM, Anonymous Anonymous said...

Yo no sé lo que es pijo, a todos nos han llamado así alguna vez personas que nos ven así, aunque creo que en mi caso la mayoría no lo piensa.El caso es que no sé si ahora soy pija, pero está claro que en mi época vegetariana (que duró poco) era un poco idiota.

Lo mejor es ser como Ireyanil a los 17 y como Hans a los 39. Entre medias todavía no lo sé muy bien, estoy en ello. :D

 
At 8:51 PM, Blogger Chasky said...

A mi ahora me dicen que voy de progre, pues me cago en ellos y en sus interpretaciones, yo no quiero ir de nada, son el resto los que te etiquetan.

 
At 2:10 AM, Anonymous Anonymous said...

Ya se sabe. En mi caso, mi infierno particular fue invitar a un grandioso asador a una chica que me quería ligar. Fue allí mismo cuando me enteré que la chica no comía carne. Por supuesto, no pillé.

Moraleja: Si usted entra en un restaurante de menú y ve a un obrero comiendo pescado, es que, al menos, uno de los dos está malo.

 
At 11:54 AM, Anonymous Anonymous said...

Jajajajaja, Franchise, ¿cómo se te ocurre? Aunque a la chica le gustara la carne, después de apretarte un chuletón de kilo o un cordero asado no te quedan ganas de muchas cosas.

 
At 8:51 PM, Blogger El Ratoncito Pérez said...

Muy buen post. Felicidades.
Yo tampoco me imagino sin ese montadito de lomo je, je, je.

 
At 1:13 AM, Blogger noviocadáver said...

aunque cambiemos, siempre tenemos que manteenr algo de lo de antes (de lo bueno de antes)
me ha gustado el post...

 
At 7:19 AM, Blogger Unknown said...

ray-ban sunglasses
toms outlet
fitflop sale
tiffany and co
nhl jerseys
ray ban,rayban,occhiali ray ban,ray-ban,ray ban occhiali,ray ban sunglasses
nike free
coach outlet
mulberry bags
michael kors outlet
thomas sabo outlet
fitflops clearance
cheap uggs
coach outlet online
tiffany and co
nfl jerseys
michael kors uk outlet
oakley sunglasses sale
coach factory outlet
michael kors uk outlet
1214minko

 
At 3:41 AM, Blogger Unknown said...

nike blazer
vibram five fingers
off white clothing
canada goose jackets
moncler jackets
adidas nmd runner
nike outlet
pandora
louboutin shoes
christian louboutin shoes
zzzzz2018.6.15

 
At 8:45 AM, Blogger Unknown said...

zzzzz2018.7.20
new nike shoes
michael kors handbags
kate spade outlet
hugo boss outlet
moncler jackets
oakley sunglasses wholesale
coach factory outlet
coach outlet
tods outlet
supreme outlet

 

Post a Comment

<< Home