Friday, September 08, 2006

Paciencia con los pacientes

Como menciona Arbusto en esta entrada, una tía mía que es médico de cabecera tiene bastantes historias que contar sobre los inmigrantes. La mayoría de sus pacientes son marroquíes, sudamericanos y subsaharianos. En la zona también hay muchos del Este de Europa, pero parece que no suelen ir al médico. Tras muchos años en la profesión, mi tía ya tiene anécdotas y una tipología bastante elaborada.

Sudamericanos. Son los que más conocen sus derechos, supongo que porque hablan en cristiano, y los más exigentes a la hora de pedir bajas, certificados y p***as en vinagre, aunque a veces se pasan un poco. Por ejemplo, hace unos días un paciente con un corte superficial en el dedo (ni siquiera requería puntos) exigió que le mandara una radiografía. También son especialistas en colarse en la sala de espera para, a continuación, llamar racistas a los pacientes que protestan ante semejante descaro.

Subsaharianos. Según mi tía, “los pobres sólo van al médico cuando lo que tienen les está matando de dolor”. No dominan muy bien el idioma, no entienden los tratamientos pero tampoco preguntan y en invierno suelen llevar hasta tres pantalones y tres sudaderas a la vez. Ella dice que es porque no están acostumbrados a “tan bajas temperaturas” (estamos hablando de un pueblo del sureste español) y yo digo que se ponen toda su ropa encima (estoy segura de que no tienen más) para no dejarla en la chabola y evitar que se la robe alguno de sus 15 compañeros. Versión dura, pero realista.

Marroquíes. Bastante conflictivos, manejan el español lo suficiente como para dar por saco al personal médico. Son también muy exigentes y llaman racista a todo aquel que le lleve la contraria. Tienen a sus mujeres bien guardaditas en casa, por lo que no hablan una sola palabra de español. Cuando la paciente es la mujer, sólo habla el marido. A veces, ni pisan la consulta. Mi tía siempre cuenta que un día llegó un paciente marroquí para saber los resultados de unos análisis de sangre. Ella sacó los análisis y le dijo al tipo: “Tiene usted anemia”. Y él contestó: “No, yo no, mi mujer. Está en casa, embarazada”. El tío había ido a la consulta sin la verdadera paciente, y eso que, en este caso, el médico era otra mujer.


CC.

2 Comments:

At 10:20 PM, Anonymous Anonymous said...

Me alegro de que estés tan actualizadora últimamente. Como el lunes os vais y supongo que no tendrás mucho tiempo, prometo coger el relevo.

Lo de que se ponen toda su ropa para que no se la roben suena muy coherente: ni frío ni h**tias

 
At 11:47 AM, Blogger arbusto el guerrero said...

Sue es una juerguista que no actualiza. Y luego quiere contrato en este blog y todo... nada, nada, que siga como becaria y gracias.

 

Post a Comment

<< Home