Berlín
Acabo de volver de Berlín. Me fui ayer y he vuelto hoy, pero con unas horas ya me he formado una opinión de esas para comentar sin saber en las tertulias. Me ha parecido una ciudad muy chula para vivir, si no fuera por el frío y por el desagradable detalle de que todo el mundo hable en Alemán. Por los periódicos no me he enterado de ninguna noticia (he mirado los santos, como con el Diez Minutos), pero sí de una peculiaridad del idioma que me ha hecho pensar que son muuu tontos. En alemán hay que escribir en mayúsculas todos los sustantivos. Hay que ver.
Por lo demás la ciudad es de estas que de puro feas son bonitas. He cometido el error de hacer una hora de cola a la intemperie para ver la cúpula del Reichstag que hizo Norman Foster, muy bonita, pero ninguna cúpula merece una hora de cola. El gañán de la entrada no nos ha dejado pasar ni siquiera al hall mientras esperábamos, pero claro, tampoco tuvieron piedad de los judíos que metieron en campos de concentración.
Por lo demás, lo más auténtico me ha parecido la arquitectura comunista de muchas partes de la ciudad, torre de la tele incluida. Cuando digo auténtico quiero decir que es algo que no encuentras en todas partes y que realmente hay sitios donde parece que estamos en 1980. Lo que menos me ha gustado es una tienda absurda del Ampelmann, que es el muñecote del semáforo que tenían en Berlín Este y que aún está en muchos semáforos. En la tienda tenían todo tipo de merchandising de un monigote que sólo se diferencia del nuestro en que lleva sombrero y está un poco más gordo. Además de los consabidos camisetas, bolsos, chapas, libretas, etc., a precios astronómicos, había cositas para el coche, como alfombrillas, que tenían su gracia. Pero es que también había toallas bordadas con el Ampelmann dichoso. Por favor, ¿hay alguien tan gilipollas? Parece que sí. Pero vamos, que no son los únicos souvenirs comunistas que hay, supongo que hay muchos los nostálgicos (algunos reconvertidos en fachas, como alguno que yo me sé).
Comer es bastante más barato que en Madrid y, por lo que se ve, la vivienda es mucho más barata. En lo demás, ahí ahí. Vente p'Alemania, Pepe.
Y, por último, Easyjet me ha gustado. Es tan cutre como el resto de aerolíneas baratas, pero priman la puntualidad y me hace gracia el sistema "marica el último" para pillar asiento. Además, está en la T1, lo que es de agradecer.
Sí, también he "trabajado", pero no creo que os interese mucho. Ahora me voy a Sevilla, ya os contaré qué tal.
2 Comments:
Yo no me subo a un avión naranja.
Eso de que prima la puntualidad en Easyjet es un decir, maja. Pero bueno, me alegro de que tuvieras suerte.
Alguien me dijo sobre Berlín: "es la ciudad perfecta para matar a alguien, dejar su cadáver en un parque y que nadie se dé cuenta".
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