Los ex gordos

Aquí me tenéis, esperando mi resurrección. De momento he tenido que cancelar varios compromisos y cosas que debía hacer (entre ellas, trabajar) para dedicarme a mi recuperación y esto cada vez se parece más a "cambio radical". Dentro de unos días estaré vestida de pastelillo de nata y más puesta que Ernesta (de guapa, digo), pero ahora mismo soy un despojo solitario. He sudado no menos de dos litros por noche estos últimos dos días, hace casi cuatro que no me lavo el pelo, las ojeras me llegan a la barbilla y llevo mi camisa "Evo Morales". Pero en fin, así todo será más espectacular. Así que mientras me tomo mi zumito de limón voy a dedicarme al blog, que es una de las pocas actividades que no están contraindicadas.

Con todo esto de la belleza me ha dado por hablar de un asunto que me lleva rondando desde hace tiempo. Creo que he encontrado una nueva tribu, grupo o como lo llamemos. Vamos a ver, ¿qué tienen en común mi jefa y el nuevo novio de mi hermana? A priori nada los une: una tiene treintaytantos y el otro veintitantos; una tiene familia y el otro es soltero; trabajan en cosas distintas y sus aficiones también lo son. Pero los dos forman parte de la misma sociedad secreta: los ex gordos. A un ex gordo no se le suele calar a la primera. Si le has conocido siendo ya flaco es algo complicado, pero con el tiempo no dejan lugar a dudas:
-Un ex gordo sabe cuántas calorías tiene todo.
-Un ex gordo asegura que "le gustan" las galletas con fibra y otras cosas de régimen.
-Manifiestan bastante desprecio por la gente que aún es obesa.
-Juran que disfrutan haciendo deporte.
-Les gusta la comida japonesa.
-Odian a la gente que come y no engorda.
-No conservan recuerdos alegres de su época de gordos, que normalmente coincidió con la adolescencia.

De este modo, la vida del ex gordo, que debería ser feliz por haber superado los michelines, es muchas veces amarga. Lo malo es cuando los ex gordos tratan de arrastrar a su terreno al resto de la gente y tratan de quitarle la gracia a un cenorrio con amigos o a atiborrarte de huevos fritos con chorizo porque sí.

Ex gordos, ya os habéis quitado los kilos, quitaos ahora los complejos y no jodáis a los demás.