Vergüenza ajena
Tengo un problema: no puedo con la vergüenza ajena. Le pasa a todo el mundo, por eso se llama así. Pero creo que lo mío es exagerado. Me parece que es Att la que, cuando salen según qué cosas en la tele, se tiene que poner un cojín en la cara para no verlo. Yo directamente cambio de canal o me largo. Esto es, incluso, positivo. Lo que pasa es que la VA no se limita a los majaderos que salen haciendo el ridículo en la tele, sino que te la puedes encontrar en tu vida cotidiana. Cuando me topo con estas situaciones intento hacer cualquier cosa para esquivar la VA. Voy a reproducir una conversación telefónica que tuve hace unos días para ilustrarlo:
(Suena el politono discotequero de mi móvil y el número es desconocido)
-¿Sí?
-Hola, ¿Sue?
-Sí, soy yo, ¿quién eres?
-Qué tal, Sue, soy Carlota, ¿cómo estás?
-Ah, hola...
-Oye, que te llamaba para quedar un fin de semana. Éste no, porque estamos haciendo obras en el piso, pero el próximo podemos.
- ... ¿como?
-Sí, que te llamaba para quedar. Bueno, sí queréis, claro.
(A estas alturas de la conversación aún estaba dando vueltas a ver si conocía a alguna Carlota. La única que se me ocurría era la jefa de Personal de mi curro, aunque me extrañaba que quisiera quedar conmigo. Yo, desde luego, no quería. Pero necesitaba ganar tiempo)
-Sí, sí, claro que queremos, por supuesto.
-Vale. Entonces díselo a Mariano y nos decís qué día os viene bien.
-A... Mariano... sí... vale.
-Oye, Sue, te oigo entrecortada, algo le pasa al móvil.
-Sí, debe de ser la cobertura. Oye, Carlota, estoy un poco liada, ¿te puedo llamar yo?
(Aquí, por supuesto, ya sabía que no conocía a Carlota ni a Mariano y sólo quería darle la salida menos ridícula a esa conversación. Llevábamos cinco minutos hablando, no podía decir que todo había sido una equivocación, me moriría de VA y también un poco de vergüenza propia)
-Vale, no te preocupes, llámame cuando te venga bien. Y a ver si quedamos, que no nos vemos desde el bautizo.
-Desde el bautizo, sí, anda que no hace tiempo, bueno, te dejo, te llamaré ¡hasta luego!
Lo sé, es posible que me haya cargado una amistad y soy una psicópata. Pero ¿qué podía hacer?
Sue
7 Comments:
¿Sabes que la vergüenza ajena es un sentimiento y un concepto que sólo se uitiliza en España? No se puede traducir en otros idiomas... Ni sentir en otros países, imagino ;)
Ya verás cuando se dé cuenta la tía que ha metido la gamba aunque como le has seguido el rollo tan bien dudo que se entere, pobrecilla, ahora estará esperando a que la llames.
Chicatóxica, no lo sabía, pero entonces soy muy española. Aunque me cuesta creer que en otros países no sientan lo mismo, aunque no hayan inventado una palabra para describirlo.
Chasky, eso es lo que me da pena, pero ¿qué voy a hacer? ¿llamar diciendo que el médico me ha dado una semana de vida y que me despido para siempre?
Imagina si le sigues la conversación y le dices que lo has dejado con Mariano, que estás con otra persona,. que vas a tener un crío...
(co*b*ertura ;)
Yo estoy con sebastiandell. Y de paso pones a parir a Mariano.
Por otra parte le puedes pedir el numero de telefono fijo, asi la ubikas geograficamente... no te sirve de mucho, pero ganas tiempo. Cuando vuelvas a hablar con ella, le preguntas por el apellido... y asi te vas haciendo con toda la información necesaria.
... la opción de sebastiandell sigue siendo la mas sólida.
En todo caso queda el cinismo.
En mi país (que por pura suerte lleva dicho apelativo, por que no llega a paisaje) por cada 10 minutos de llamadas recibidas, nos regalan un minuto. Por tanto nuestro patriotismo dependiente tercer mundista, y limosnero nos llevo a inventar técnicas de “entretenimiento verbal, autorizado por el libre mercado”; en cierta ocasión un amigo mió contesto el teléfono.-
El amigo del peyote: ¿si? Un momento pro favor. Pausa. Como le va señor, por supuesto.
Luego de colgar y seguir hablando babosadas nos dijo que era un tipo que se equivoco de número. Como el asunto resulto ser un tanto gracioso; pensé en realizar en cuanto pueda, y un equivocado se comunique conmigo. Una señora pregunto por Maria, para no sentirme mal, pensé que entre los tantos nombres de mi madre, Maria estaba situado por ahí. Espere un momento y fui a buscarla, temiendo por que sea algún acreedor, con el aparto de mala gana, luego de 15 minutos de conversación bizarra suspiro largamente que el mundo estaba loco.
Creo que lo del crió, también va en esa línea.
Saludos.
Gracias por vuestras sugerencias, chicos (sobre todo, ortográficas, qué boshorno). Pero creo que Carlota ya se ha resignado a que sus amigos Sue y Mariano, a los que no ve desde el famoso bautizo, no van a llamar más. Una pena.
Ah, bienvenidos a los nuevos.
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