No cumpleaños

Hoy cumplo 28 años y es un poco horror. Tranquilos, estoy en la flor de la edad, esperaré a los 30 o más para deprimirme. Lo que es un horror es tener que currar de sol a sol y no poder pasar más tiempo con familiares y/o amigos para así recibir felicitaciones y regalos. Eso sin contar que Madrid está prácticamente desierto. Además, cuando llega esta fecha siempre hay una vocecilla interior que te obliga a hacer "algo" por tu cumpleaños.

¿Qué hacer, entonces? Nada mejor que celebrar un no cumpleaños en toda regla. Es lo que hicimos anoche en casa de mi amiga Klint y su esposo. Aunque era yo la que cumplía años, fueron ellos los que invitaron a cenar. Nosotros llevamos un regalo. Por qué se hizo todo esto así es un poco rollo de explicar, pero el caso es que fue una solución perfecta para no agobiarte.

Además, yo también recibí regalos: unos vasos muy modernos y una pitillera de Amèlie que tiene un glamour que no se puede aguantar. Otro año que tampoco dejo de fumar.

Perroflautismo vs. Beckhamización

Supongo que todos conocéis los dos conceptos que aparecen en el título de esta entrada, pero, por si acaso, procedo a explicarlos.

-La etimología de "perroflauta" es muy sencilla. Es una de esas palabras compuestas que nos enseñaron en EGB, como "paraguas", "tapacubos" o "guardarraíl". Así que viene de "perro" y "flauta", y se define como la persona poco aseada y filoyonki que pasea con un chucho de similar higiene y una flauta o instrumento de viento adquirido en un mercadillo.

-Beckhamización es una palabra que vi escrita por primera vez hace cuestión de un año o año y medio en el antiguo "País de las Tentaciones", en un reportaje titulado "La beckhamización de los bakalas", que me parece uno de los mejores titulares de la historia: breve, conciso y que refleja claramente una realidad social. Un individuo beckhamizado lleva gafas de sol xl, mechas, está depilado y luce moreno zaplana style.

¿Por qué explico todo esto? Pues veréis, lo hago para trasladaros la esquizofrenia que viví en mi última visita al pueblo de mis ancestros, en plena estepa castellana. Una vez al año nos reunimos allí las hermanas Malasombra con sus esposos respectivos y su prima Nena, con sus satélites. Cuando llegué sólo estaba ésta última y, por si fuera poco, D. no me acompañaba, así que me vi inmersa en el mundo de los perroflautas. Cerveza, porros, Los Delinqüentes, consejos sobre chuchos, mochilejas de rayas, chanclas e incienso. Como me adapto fácilmente a todos los ambientes y, además, según Quic, en mi juventud pude ser una perfecta perroflauta, me dediqué a divertirme con los chavales. Pero a los dos días llegó el matrimonio Beckham de la Mancha. Pelo liso, gintonics, bolso y zapatos a juego, consejos sobre depilación láser y conversaciones sobre casas y coches. ¿Qué hacer entonces? ¿En qué bando nos metíamos D., que ya había llegado, y yo?

Pues en ninguno. Mientras haya alcohol siempre habrá amistad, pese a que los unos nos decían "mira a esos costrosos" y los otros "¿has visto lo pijos que se han vuelto?" A ver cómo evolucionamos para el año que viene.

Aquellos maravillosos años

Tranquilos, no es un post nostálgico, aunque la nostalgia está muy de moda últimamente. Esto viene a cuento porque hoy, en la fábrica de tornillos, ha rulado un vídeo de la gente del curro que alguien grabó hace un montón de tiempo. Por algunos detalles y las vestimentas calculo que es de finales de 2000 o principios de 2001. Casualmente ese día yo debí librar o bien estaba con la gripe, porque no salgo, así que me he podido despachar a gusto con flequillos, ropajes y, barrigas sin miedo a que luego hicieran lo propio conmigo. Muchos de los que salían ya no trabajan aquí y, de los que sí lo hacen, me ha hecho gracia la que ahora es mi jefa de pelirroja, G. con el pelo largo y Topo hecho un perroflauta. También me ha sorprendido un tío, hoy jerarca gordo y con mala h*stia, que era delgado y con cara de buen chaval, Del vídeo he extraido algunas reflexiones.

-El 80 por ciento de los tíos pierden pelo a una velocidad vertiginosa.

-Hay gente que cambia un montón y otros que están exactamente iguales. Y yo me pregunto, ¿qué es peor? ¿Observar cómo has caído en la decrepitud en seis años o ver cómo llevas más de un lustro sin cambiar de "look"?

-Cuando llegan las imágenes de alguien que ya ha cascado se producen embarazosos silencios o loas cursis. Esto ya lo tenía observado de antes.

-En el vídeo parecía que había muy buen rollo y que todo el mundo estaba contento. Sin embargo, yo recuerdo esos años perfectamente y sé que no fueron tan idílicos. Así que se confirma: en los vídeos y en las fotos todo el mundo pone buena cara para quedar bien, y de ahí viene lo de que la gente eche tanto de menos el pasado. Se les olvida lo malo y sólo ven caras sonrientes.

Un craso error, las sobredosis de nostalgia.

I'm back, baby!

Clases de Periodismo, lección nº15: Cuadrar el titular.

Si en esta noticia el redactor hubiera puesto lo que hay que poner, habría quedado niquelado. Con una palabra bastante malsonante, eso sí. Luego está la cuestión de si ser elegante o llamar al pan, pan y al vino, vino.

Comentario aparte merece lo de la manía que tienen en los USA de detener a alguien por ir de "meretrices", pero sería un largo debate sobre su obsesión con todo lo relacionado con el sexo y bla, bla, bla. Paso.

Por cierto, el título de este post viene de una frase que George Costanza pronuncia en el mítico episodio de Seinfeld "The Mango".

La cena de los idiotas

Con amigas como ésta, quién necesita enemigos...

A ver si puedo actualizar más en condiciones un día de estos.