Wednesday, August 30, 2006

Un poco de swahili o Heidi vuelve a casa

Ayer llegó mi hermana. Regresa desde Dinamarca, donde ha pasado el verano perfeccionando un idioma que habla mucha menos gente que, por ejemplo, el catalán. Vuelve para quedarse, pues su etapa granadina también ha concluido. Ahora tendrá que buscar trabajo o, en su defecto, un resquicio para que el Ministerio de Educación la mantenga unos años más.

Cuando me preguntan cómo son mis hermanas, si se parecen a mi o no, siempre digo lo mismo: yo soy un término medio. Ni tan juerguista y pasada como Zel ni tan empollona y rarita como Heidi. A Heidi no le basta con ser una tía estudiosa. A sus 23 años tiene dos carreras (de la misma cuerda las dos, es cierto) y habla un porrón de idiomas extraños. Como ella siempre ha buscado salirse de lo considerado «normal», curiosamente el inglés es casi el que peor habla de todos. En cambio, es casi bilingüe en francés, se defiende en italiano, checo y danés y chapurrea alemán. Además, como buena filóloga, conoce la gramática y algún rudimento de un montón de idiomas más. Recuerdo que hace unos años Cler y yo visitamos el cuchitril parisino de mi hermana y nos sorprendimos al encontrar un libro de gramática swahili. Le preguntamos y respondió, muy seria «bueno, un poco de swahili nunca está de más». Una afirmación casi irrefutable, sin duda. Luego están el latín y el griego antiguo, que son «lo suyo».

Los idiomas no son el único mérito de Heidi. Mi hermana, a la tierna edad de 15 años, ganó un certamen literario para adultos (no porno, digo para adultos porque los participantes eran adultos. Parece que los adultos sólo se pueden dedicar a ver pelis guarras) con un relato en primera persona sobre el asesinato de su profesor de matemáticas, todo ficción, pero tan real que incluso algunos de los asistentes a la presentación del premio la censuraron por su poco respeto «a los derechos humanos».
Por otra parte, tengo que reconocer que mi hermana no es lo que se dice un parásito. Al menos, no de mis padres. Posee la misma extraña capacidad que Arbusto para encadenar becas y pasta del Estado español y otras instituciones, igual que posee la paciencia (y tacañería) para arrancar un cheque por 50 euros a gastar en el recinto aeroportuario de Amsterdam. Cuando eso no basta, no duda en trabajar en los sitios más dispares. Ha sido maletera, telefonista, dependienta, profesora e incluso encargada de catering y organización en bodas judías.

«Oye, tía, tu hermana es una tía mucho más interesante que tú, ¿como es que no tiene un blog?» Heidi hace tiempo que reniega del mundo blog. Ella siempre de vuelta de todo.

Ahora, lo que hay que preguntarse es cómo es posible que una tía tan sumamente inteligente y capaz como mi hermanita quede en manos de un ser tan chapucero, con tanto desprecio por los estudios y tan mínimoesfuercista como servidora. Yo misma soy una de sus principales bazas ahora que ha vuelto al hogar familiar, para encontrar curro. Y yo que pensaba que era ella la que me sacaría de pobre. Esto es España, señores.
Sue

Sunday, August 27, 2006

27

El viernes cumplí 27 años. Una edad buena para según qué cosas. Por ejemplo, creo ya no es apropiada para leer el Superpop ni tampoco para ponerme un palestino y protestar por los derechos de los animales. Pero todavía no es adecuada para participar en las discusiones de madres de mi piscina ni tampoco para apuntarme a Pilates. Así que, ¿qué se puede hacer con 27 años? A medio camino entre “chavales” y “padres”, y mientras lo pensamos, la gente de mi edad y yo nos dedicamos básicamente a charlar alrededor de algo con alcohol.

Pero no me toméis en serio. Eso de que el cumpleaños coincida casi con la rentrée es malísimo, te empiezas a plantear el sentido de la vida y a pensar nuevos proyectos que probablemente nunca llevarás a cabo. El caso es que este fin de semana cumpleañero me lo he pasado bastante bien y he tenido sorpresas agradables.

Mi primera intención era hacer una fiesta en mi casa, porque hay amigos que aún no la conocen. Pero Arbusto y Copycat, que llegaron el viernes, me dijeron que preferían salir. Donde viven, toda la vida social se reduce a cenar en casas de gente, y ya estaban un poco inflados de eso. Querían cañas y tapas y, pensándolo bien, así mejor. Dejaremos la fiesta para mejor ocasión. Salimos el viernes y el sábado, pues no fuimos capaces de juntar a nuestras amistades un solo día. Faltaban muchos, pero los nacidos en agosto estamos acostumbrados a eso. Lo pasamos bien, aunque creo que todos echamos de menos los tiempos en los que nuestro cuerpo aguantaba apretujarse en el Nasti o en el Ochoymedio hasta las seis y luego desayunar comida china más que dudosa en envases de cartón. Pero Arbusto y Copy estaban con el jet-lag y yo trabajaba al día siguiente. En cuanto a los demás, son bastante mariquitas.

La sorpresa llegó el viernes por la noche. Yo estaba enzarzada en una discusión con Scotchbrite y otros. Contaban una clásica anécdota en la que nuestra amiga CS se queda encerrada en una casa y me hacían quedar a mi como la villana, cuando fui la única que se ofreció a rescatarla. Mientras me defendía como gato panza arriba, Arbusto se puso a hablar por teléfono y me dijo que me pusiera. En mi obcecación, pensaba que había llamado a CS a la una de la mañana para que diera su versión. “No me quiero poner. ¿Quién es?” “Que te pongas, venga...” “Que no”. “Que sí, coño, coge el teléfono”. Y lo cogí. “Hola, Sue, felicidades. No sabes quién soy, ¿verdad?”. Era una voz de hombre, así que mi teoría de CS se desmontaba. Era ni más ni menos que Hans, el bloguero que tan buenos (y largos) ratos nos ha hecho pasar con Noticias desde Vladivostok. Pero, no contento con felicitarme, cosa que me hizo mucha ilusión, se vino al día siguiente, acompañado por Leona, a comer con nosotros.

Hans y Leona son iguales en persona que como nos los imaginábamos. Nos cayeron muy bien a todos y nos alegramos de haberles conocido. Es la primera vez que traspaso las fronteras de internet y ha merecido la pena. Lo malo es que tuve muy poco tiempo, porque tenía que volver a trabajar, pero ya me he convencido de que tener un blog, aunque sea menos actualizado que la Biblia, te da mucha alegrías. Y no, no creo que sea una secta.

Y nada, ayer salimos también, con Cler y con Klint, recibí regalos muy chulos y hoy es domingo y me voy a comer con Cler y luego al curro. Gracias por vuestra paciencia y, si alguno falta, se admiten felicitaciones atrasadas.

Sue.

Thursday, August 24, 2006

Carne de realities

Ahora que Arb y yo estamos a punto de coger un avión rumbo a España después de ocho meses sin ir por allí, me pregunto qué novedades de candente actualidad nos encontraremos en la tele. Qué personajillos coparán los programas de mañana y tarde, cuáles serán los interesantísimos temas que centren los debates de los programas de máxima audiencia. Miedo me da.

Durante estos ocho meses, Arbusto y yo nos hemos desintoxicado de la chusma televisiva ejpañola viendo... realities. Él es un intelectual y yo soy una chica de exquisita cultura, pero cuando se trata de ver la tele, nos gusta saber qué pasa entre el populacho (frase sacada del Libro de Citas Arbustianas, Ediciones Kabul). A diferencia de España, aquí los realities abarcan un amplio abanico de posibilidades, desde Gran Hermano (que, por supuesto, no vemos) hasta Blind Date o Buy Me, en los que en cada emisión se presentan personajes diferentes, por lo que es mucho más ameno. Estamos enganchadísimos a unos cuantos, lo cual demuestra que se puede captar audiencia sin necesidad de enseñar tetas, decir tacos o hacer debates sobre la paja de Yola a Dinio. Ahí van unos cuantos:

Motormouth. Uno de los primeros a los que nos enganchamos. Se trata de un programa con cámara oculta que consiste en grabar a gente cantando en un coche previamente equipado con cámara y CDs. Por supuesto, hay un gancho que elige la música favorita de la víctima (un amigo, primo, novio o compañero de trabajo) y que le jalea en caso de no estar especialmente inspirado. Habría que importar eso en España y ver cómo cantan los españolitos música en inglés. Me parto.

I do... Let’s eat! Ya no lo vemos tanto porque repiten siempre los mismos programas. Consiste en mostrar una boda real centrándose en todo lo relacionado con la comida (la cadena se llama Food TV). Como este es un país multicultural, salen bodas de indios, chinos, italianos, etc. Mola comparar cómo celebra cada pareja su boda: la cantidad/calidad de la comida, la cantidad de gente que va... Pero, sobre todo, lo que más nos gusta es ver el comportamiento de las novias, normalmente unas marimandonas que le hacen la vida imposible al organizador del banquete y al cocinero poniendo miles de condiciones y retrasando la hora de la cena porque quieren cantarle al novio su canción favorita. Hay algunas novias que se las traen.

Blind date. Aquí el programa se encarga de concertar una cita a ciegas para un chico y una chica, que tienen que pasar medio día juntos. Eso significa ir a algún sitio a divertirse, luego ir a cenar y después salir de copas. Para no extenderme, diré que es la mejor forma de observar el tira y afloja que se da durante el cortejo humano. Es como ver un reportaje de La 2, pero con un tío (que suele ser bastante torpe y/o payaso) y una tía (que suele ser remilgada y frígida). El programa va poniendo subtítulos a cada situación o diálogo, en plan: “¡Vamos, dile que tienes tu propia empresa!” o “Su interés está cayendo bajo cero”.

Elimidate. Más o menos lo mismo, pero el chico tiene que elegir una chica de entre tres mediante pruebas como cantar o luchar en barro. Muy primario todo, da vergüenza ajena, pero Arb y yo jugamos a adivinar a quién elegirá al final el chico. La conclusión suele ser que la gente tiene muy mal gusto y que dos tetas tiran más que dos carretas.

Nanny 911. Una niñera con 20 años de experiencia trata de poner orden en casas donde los niños están más cercanos al mono que al hombre. Al final de cada programa, la paz reina en las casas donde va la nanny, pero Arb y yo tenemos la teoría de que todo vuelve a ser un caos en cuando se va.

We are killing our children. Un programa genial si quieres ver la m****** que comen los yankis. Un equipo de médicos da un plan de adelgazamiento a una familia con hijos, todos obesos. Antes, les hace tirar a la basura toda la porquería que comen. Llenan contenedores, va en serio, y luego los niños sufren síndrome de abstinencia y comen chocolatinas a escondidas. Muy fuerte.

Hay más, como uno en el que te ayudan a vender tu casa sugiriéndote algunos arreglos y trucos de decoración (la gente trata de vender casas que parecen pocilgas, y así les va) y otro en el que la presentadora da consejos a parejas para que controlen sus deudas (por estas tierras, la tarjeta de crédito hace estragos, amigos).


CC.

Monday, August 21, 2006

Regreso silencioso

Hola, amigos. Regreso tras una semanita en la que he visitado diversos enclaves de Castilla-La Mancha, no por de sobra conocidos menos divertidos. Lo que ocurre es que va a estar complicado lo de actualizar estos días, porque el manos-cazos de mi padre se ha vuelto a cargar el ordenador y D. aún no ha logrado revivirlo. En el curro tengo bastante faena y, aunque la ausencia del jefe me relaja bastante, no puedo ponerme a escribir.

Disculpad esta falta de seriedad. Para septiembre prometo actualizar más y sobre asuntos que os interesen más que mis uñas rotas o las anécdotas de mi infancia. Besos a todos.

Sue.

This is the end



Lamento hablar esta vez de un reportaje que, muy probablemente, no podréis ver en España, pero para lo que quiero comentar tampoco creo que haga falta. Lo vi en la cadena "Much More Music", pero no me fijé en quién lo produce y no lo he podido encontrar en Internet. Creo que se llamaba "Drugs and Rock" y habla de los excesos cometidos por las estrellas del rock -desde Elvis Presley hasta los Gallagher- con el alcohol y las drogas. Sobre todo, las drogas.

A lo largo del repotaje desfilan imágenes de personajes famosos y otros poco conocidos en España, muertos y vivos, desintoxicados y no desintoxicados. Los vivos hablan de su experiencia personal y de cómo consiguieron superar su adicción. David Bowie es uno de ellos. También Elton John (o eso dice, es que este tío no me gusta nada, btw).

Sin embargo, antes de empezar el reportaje, y también después de cada intermedio, aparece en pantalla un mensaje buenrollista que suelen poner cada vez que en un programa, serie o película aparece un culo o alguien dice "joder": "El siguiente programa no es apto para younger audiences". Joder, si vas a hablar de lo malas que son las drogas, y encima son estrellas del rock las que dan el mensaje, ¿qué mejor público objetivo que la audiencia joven?

Al cabo de dos horas de reportaje, comienza a sonar "The end" (The Doors), mientras se suceden imágenes de cantantes con la fecha de nacimiento y de defunción. Debajo, las causas de la muerte.

Y, cuando ya tienes la carne de gallina, se produce un corte y aparece otro cantante de rock hablando de su experiencia. ¡El reportaje no ha acabado, aún queda otra media hora de declaraciones que ya no importan a nadie!!

Nunca había visto fastidiar un final magistral y clarísimo de esa forma.

CC.

Saturday, August 19, 2006

Bandidas

Ayer vi Bandidas, una película que parece estar hecha únicamente para público masculino, a juzgar por sus ingredientes. El principal: tetas.

De entrada, el hecho de que Salma Hayek y Penélope Cruz sean las bandidas ya huele a que va a haber rollo bollo o rollo "pelea de gatas". Cualquiera de las dos opciones pone cachondos a los tíos, sobre todo si las chicas llevan unos corpiños de época que les suben el pecho a la altura del gaznate. Estos son algunos de los elementos criticables de la película:

En México hablan inglés. Cuando veo una peli, aunque sea por obligación, como ha sido este caso, me gusta meterme en la historia, creérmela aunque sea un poco. Pero es imposible cuando, nada más empezar, sale la mexicana María Alvarez (Penélope Cruz) hablando con su padre (mexicano) en inglés. Y con acento español los dos. Lo mismo pasa con otros personajes interpretados por actores hispanos, incluida Salma Hayek. ¿Qué hacen los mexicanos hablando inglés entre ellos? Sí, ya lo sé: la productora, el público yanki, etc, etc. Aún así, me parece totalmente forzado.

Malo maloso. Me jo*** las películas en las que el malo tiene pinta de muy malo. ¿Nos toman por tontos o qué? Eso está bien para cuando tienes tres años y necesitas pistas para distinguir al malo del bueno, pero no a estas alturas. Además, estos personajes siguen un patrón único, idéntico al de los dibujos animados: son más feos que los protagonistas, llevan ropa regulera, ojos fríos/gafas pequeñas de malo maloso/monóculo, voz tenebrosa… Este, además, tenía el pelo grasiento.

Pelea de gatas. Llega casi al principio, cuando la campesina Penélope Cruz y la aristócrata Salma Hayek se unen para luchar contra el malo maloso, que quiere expropiar a los pobres campesinos para construir el ferrocarril. Son mujeres, son guapas, son temperamentales y tienen un buen par... de razones para revolcarse un poco por el suelo y gemir y jadear para regocijo del público masculino.

Sexo. Para sacar información del pardillo de este vídeo de youtube, no vale con apuntarle con una pistola. Hay que montar el numerito de las prostitutas que maquinan un montaje para chantajear al señor, haciéndose fotos con él como si estuvieran haciendo un trío. Aquí tenéis un vídeo de esa parte de la peli, pero no sale lo mejor, cuando la Hayek enseña a Pe a besar utilizando al pardillo para entrenar. Más de lo mismo: mucha teta a punto de desbordarse y mucha lengua para calentar al personal.

Lo que sí sale en este vídeo es cuando Salma Hayek, aristócrata mexicana educada en los mejores colegios de Europa, presume ante la virginal Penélope de haber estado con hombres. Venga, por favor, en esa época las jovencitas de clase alta tenían damas de compañía hasta que se casaban. En todo caso, sería la campesina la que le diera lecciones…

Y para terminar, una metedura de pata genial. En un momento dado, un personaje dice: “Cuando Colón se propuso llegar hasta el Nuevo Mundo, todos le tomaron por loco”. Mal. Colón se propuso llegar hasta la India por una ruta alternativa y por la que no esperaba toparse con continente alguno. Cuando llegó a América pensó que era la India y murió sin saber que había descubierto un maldito “nuevo mundo”. Ignorantes.

CC.

Saturday, August 12, 2006

Semana de pequeños infortunios

Entre unas cosas y otras me he olvidado de actualizar y, cuando me he dado cuenta, ya había pasado toda la semana. Es mejor para vosotros, porque si hubiera escrito antes habría contado con pelos y señales todas las pequeñas desgracias que me han sucedido esta semana agostal en Madrid. Ahora os podéis apañar con un pequeño relato de cada una.

El martes una señorita búlgara estrelló su coche contra el mío tras saltarse un semáforo. Por suerte la esquivé un poco y no sufrí daños físicos, pero sí morales. Acababa de tener una de mis ya clásicas discusiones con mi padre por el coche y fue bastante humillante llamarle para contarle la película. Tengo que comprarme un coche ya. Pero, los peores, cómo no, fueron los «agentes de morbilidad» que presenciaron la escena. Al bajar del coche me tiré al cuello de uno de ellos. «Usted lo ha visto, ¿verdad? Ha sido ella», le dije. «Sí, ella se ha saltado el semáforo», me respondió. De repente, P. P., que así se llamaba mi adversaria, bajó de su apenas magullado automóvil. De mi edad o más joven, P. P. era rubia y buenorra (no es que yo no sea ambas cosas, pero ella era... ¿cómo decirlo? más del Este). Se dirigió a otro agente y no sé lo que le dijo, pero al rato ambos funcionarios se pusieron a dialogar y concluyeron que no habían visto nada claro y que no podían declarar a mi favor. Era la palabra de P. P. contra la mía. Por suerte para mi, P. P. no tenía carné homologado y eso no lo arreglas ni comiendo p*llas como roscas (ojalá fuera tan fácil).

Como segundo infortunio de la semana he tenido la enfermedad de D. Se ha pasado varios días con 39 de fiebre. Mi papel ha sido ir a la farmacia de guardia y explicarle por activa y por pasiva que las pastillas no le van a dañar más el hígado que un roncola. También hemos visto juntos muchos programas veraniegos de televisión, lo cual agrava cualquier enfermedad. Y, encima, aficiona.

Pero, aunque parezca raro, uno de los imprevistos que más desasosiego me han causado ha sido la ruptura y posterior desmoronamiento de un cajón donde guardaba libros, discos, fotos, cosméticos, recuerdos y bastante basura. La mirada y los improperios de mis padres y hermana parecían decir: "tienes un trastero vacío, ¿por qué no te llevas allí todo esto y, de paso, te encierras tú?" O a lo mejor no parecía, es que lo decían de verdad.

La cuarta desgracia nos la hemos encontrado hoy mismo. D. y yo llevamos casi un año (desde que nos dieron el piso) sin pagar la luz. No es que nos hayamos «enganchado» a una farola, como hacen los gitanos (que me perdonen los defensores de la diversidad eléctrica), sino que teníamos luz de obra y no habíamos hecho contrato. Todo lo bueno se acaba. Hacía varios días que no entrábamos en nuestra morada porque D., enfermo, prefería dormir en cama. Hoy al entrar hemos notado un olor raro. Cuando hemos abierto la nevera el olor se ha convertido en hedor mortal. Si esperamos un día más los vecinos llaman a la Policía para que rescate nuestros cadáveres. Ahora sólo espero que nos den de alta en la luz legal antes de la visita de Arbusto y Copycat, o se tendrán que ir a dormir a las nueve si quieren verse las caras.

Sue.

Thursday, August 10, 2006

¿Orientales macizas?



Soy lo peor. Tenía que haber escrito este post en su momento, pero al final han ido pasando los días y ya no encuentro el link de la noticia a la que pertenece esta foto.

De todas formas, la historia se resume en que la chica del centro ha sido elegida Miss China, lo que la convierte en candidata a Miss Mundo (que por lo visto se celebra dentro de poco... no tengo ni idea).

En fin, como diría mi abuela al ver la poca chicha que tiene la moza, muchas migas tiene que comer de aquí al certamen internacional para poder competir con otras chicas de mayor... empaque. Desde luego, viendo las otras chinas que aparecen en la foto, no sé cómo ha podido ganar la del centro. ¿Quizá porque era la que tenía los ojos más redondos, modelo de belleza en todos los países de ojos rasgados?

BTW, mi compañera Sue la elegiría candidata a ser la primera gaseada en su reality sobre modelos. Ya hablaré yo de realities en otro post...

CC.

Wednesday, August 09, 2006

Sin palabras

Cuatro jóvenes soldados estadounidenses violan y matan a una chica iraquí de 14 años y le echan la culpa al estrés.

Podéis leer la noticia aquí, que yo no tengo ganas de contarla. Me he quedado sin palabras. Yo no digo que no haya cosas en este mundo, como una guerra, que te deje el cerebro hecho mantequilla. Pero esos yanquis de 19 a 23 añitos ya podrían habérsela cascado con un guante de lija, j*der. Estrés, dicen. Su p*ta madre...

Y lo mismo que doy una de cal, doy otra de arena. Qué ganas de manejar los sentimientos del lector (como si fuera necesario) manipulando el lenguaje. Leo "niña" en el titular y me imagino a una cría de 7-10 años, pero luego resulta que es una adolescente de 14. Sí, sigue siendo una menor, y maldita la gracia que tiene todo esto, pero cómo me tocan las narices estos jueguecitos con el vocabulario...

CC.

Friday, August 04, 2006

Vinagre en los genes

Cuando era pequeña e iba con mis padres por ahí pasaba bastante vergüenza. En los hoteles, en los restaurantes o en cualquier lugar, mi padre se las apañaba para indignarse por cualquier fallo y montar broncas enormes a pobres camareros, recepcionistas, telefonistas, taxistas (a estos últimos seguro que les estaba bien empleado) y un largo etcétera. Su momento estelar llegó hace no mucho cuando literalmente secuestró a un repartidor de Telepizza que no le trajo las alitas de pollo que pidió, “hasta que se aclarara el asunto”. Mi padre es así y si hay algo que yo siempre he querido es no parecerme a él y tener otro talante en la vida.

Pero ha llegado el momento de reconocer que llevo el mismo vinagre en los genes. Ya hace años que apunto maneras. En la fábrica de tornillos, de hecho, me he ganado el cariñoso apodo de “Vinagrilla”, aunque lo que pasa ahí dentro es totalmente surrealista, así que no le doy importancia. Cuando D. me ve echar humo por las orejas por alguna injusticia, como esperar una cola kilométrica mientras que la persona que está en la ventanilla habla por teléfono con su prima Manoli, me dice “Sue, te estás empezando a parecer a uno que yo me sé”. Sabe que es mi punto débil y, con esas palabras, me calmo.

O eso era antes. Porque desde que soy conductora, la cosa cambia. Casi todos estaréis de acuerdo en que el coche y el tráfico sacan lo peor de cada uno. No iba a ser yo la excepción y aquí D. no tiene nada que decirme, porque él mismo muta en hidra cada vez que se pone al volante en Madrid. Pero lo de hoy ha sido demasiado. He entrado en el garaje de mi casa (nueva) y me he encontrado el Mazda 3 negro, matrícula 5254 CRR, propiedad de un ladrón, aparcado en MI plaza. No es la primera vez, pero sí es la primera que no deja siquiera un móvil para poder ponerle a parir a gusto. Mi primer impulso ha sido buscar un objeto contundente y emprenderla a golpes con el coche, pero entonces he recordado que siempre he aspirado a ser una persona civilizada. Después de hablar con el portero y montar un pequeño escándalo en el garaje al más puro estilo de papá, he llamado a la Policía Municipal dispuesta a que la grúa se llevara ese maldito trasto. Los guindillas me han dicho que no podían hacer nada sin una denuncia ante la Policía Nacional. Así que, no sin antes dejar una nota amenazadora al usurpador, me he marchado dispuesta a enterarme de los trámites.

Pero cuando ya estaba comunicándome con la Comisaría a punto de hundir la vida de ese/a gañán/a, casualmente me ha llamado D. Le he contado la película y me ha dicho “No, no lo hagas. No seas tan jodidamente mala (sic). Ni siquiera nos hemos mudado y ya nos vamos a llevar mal con los vecinos”. En mi indignación, me he negado a escucharle, pero, no sé cómo, me ha hecho prometer que esperaría. Ahora lo quiere arreglar todo con unos cartelitos informativos de que la plaza es propiedad de los señores D.&Sue.

¿Me parezco demasiado a mi padre o es que D. es “jodidamente bueno”? Y ¿sabéis lo mejor? Mi padre le da la razón a él. O es amor de suegro o es que la alumna ha superado, a su pesar, al maestro.

Sue

Tuesday, August 01, 2006

La dieta de S.

Primera mañana en Madrid. Cumplo la rutina de después de las vacaciones: me ducho, me depilo y, por fin, me subo a la báscula. Antes de dar este último paso me miro un poco al espejo y es verdad que me veo pelín más rolliza. Aspecto saludable, me miento a mi misma. El peso sentencia 59 kg. «¿Cómo has dicho?» le respondo. (((Esto último no es figurado. Es que a veces, cuando estoy sola, hablo con objetos inanimados con los que interactúo, como ordenadores, cajeros automáticos o básculas))). «Tiene que haber un error». Para salir de dudas vuelvo a subir a la báscula: 59,1 kg. Sí, amigos, he engordado 2 kg. estas vacaciones. Así que a partir de mañana me pongo a plan. Consiste en eliminar los productos que me han llevado a este estado rayano en la obesidad. Los que he consumido durante las vacaciones y no consumo en mi vida diaria. A saber:

-Bollería industrial. Habitualmente me repugna. Pero cuando viajo con D. y su círculo, tanto familiar como amistoso, al final entro en la espiral de la Repostería Martínez. La educación dietética espartana que me dio mi padre (alguna vez hablaré de esos tristes días) me impide llevarme a la boca un bollicao o una pantera rosa. Pero a las tartaletas de manzana Martínez les he cogido afición. Eliminadas.

-Refrescos. No me he tomado una cocacola sin mezclar con alcohol en mi vida. Y aun así siempre procuro que sea light. Fantas y mariconadas de esas, contadas. De hecho siempre me he preguntado qué aporta el gas a los refrescos. No digamos Aquarius (o como se escriba) y demás bebidas modernas. La gaseosa, sólo con vino y no muy a menudo, que me da dolor de cabeza. La horchata no me gusta y no me nace tomarme un zumo sin más. Los batidos son de yonkis (observadlos, siempre van con su mini tetrabrick). No bebo leche, que es veneno. Cuando me siento en una terraza (de día) pido agua, café solo, cerveza o nestea. Pero claro, en las vacaciones surtieron la nevera de todo tipo de bebidas dulzonas y, como todo el mundo desayunaba, pues al final me unía. Los desastrosos resultados están a la vista.

-Meriendas. ¿Qué os sugiere la palabra «merienda»? Barrio Sésamo, colegio, juegos, bocadillo, nocilla. Puede que sean algunas de vuestras respuestas. Traducción, si no estás en etapa de crecimiento, no meriendes, que es peor.

En cambio, hay productos de los que no me desprenderé hasta que pese, por lo menos, 20 kg. más:

-Helados. Me gustan grandes y corrosivos (entiéndase por corrosivos los de sabores tipo chocolate o crema catalana). En Madrid los como pocos. Sólo cuando nos da a D. y a mi por acercarnos a la calle Narváez, donde se encuentra la mejor heladería de todos los tiempos: Siena. En vacaciones he comido un par de helados al día en diversos formatos, así que reduciré, pero no eliminaré su ingesta.

-Alcohol. Si no puedes dejar de beber para perder peso probablemente seas alcohólico, pero si lo haces quizá te conviertas en anoréxico y creo que están más aceptados socialmente (al menos en mi círculo los primeros.

-Cerdo en todas sus variantes. Un motivo más para no convertirme en judía o musulmana. Por cierto, si no lo habéis leído y os apetece, leed el ensayo "Vacas, cerdos, guerras y brujas", de Marvin Harris. A mi me gustó mucho, claro que tenía 16 años, pero creo que os gustará de todos modos.

Si todo esto no funciona, entonces empiezo a preocuparme, porque será cuando tenga que comenzar a practicar algo de ejercicio y no me gusta cansarme gratuitamente.

3x1

Pues sí, amiga Sue, amigos todos, he estado muy agresiva estos días. Debe de ser este inesperado calor de hasta 38 grados a la sombra que nos tiene a Arbusto y a mí derretidos y buscando como locos un aparato de aire acondicionado.

Vuelvo con un post un poco dadá, porque he visto algunas cosas y no me apetece dedicarles una entrada a cada una, así que aquí tenéis un post al estilo 'rebajas de verano'.

En primer lugar, seguiré hablando de orientales, porque el otro día caí en la cuenta de que tienen algo en el organismo que les hace:

1) Dormirse en cualquier parte y a cualquier hora. En Madrid todavía hay pocos chinos, pero ya dije que aquí hay mucha población oriental (china, vietnamita, coreana, jap, etc) y, siempre que están sentados, van sobaos. Da igual que sea una cafetería, una biblioteca o un asiento del metro... se soban que da gusto. Es muy divertido ver a alguno que otro intentando luchar contra el sopor. No pueden.

2) No tolerar la leche. Desayunan arroz, nunca leche, porque no la digieren bien. El 80% de los chinos tiene intolerancia a la lactosa (mirad en google).

3) Aún no sé por qué, pero son incapaces de correr con elegancia. No es racismo, es un hecho. Sobre todo las chicas. Conocí a una japo que, para correr, daba saltitos sobre el mismo terreno. Las amigas pensamos que estaba de coña, pero para nada. ¿Será por la ausencia de musculatura?

Y termino con dos comentarios de actualidad sacados de la sección de "Gente" de elmundo.es (sí, muy intelectual). Para empezar, Cayetana Guillén Cuervo es la actriz con menos sex appeal del panorama nacional e internacional. Además, es borde.

En cuanto a esta noticia sobre James Blunt (¿os suena la canción You are beautiful?), no me extraña para nada. A mí también me ha tocado sufrir al susodicho durante todo el año, dios, qué suplicio de canción y de falsete. Su dichosa cancioncita fue retirada de una emisora de radio a petición de los oyentes. Qué triste...

CC.