Robar une mucho
El jueves, que no trabajé, D. y yo fuimos al Ikea. Íbamos a por unas lámparas y un armario y, en su lugar, compramos una silla, unos albornoces, un reloj y alrededor de una veintena de objetos domésticos variados. Nos pasamos allí toda la tarde. Todo muy tópico Ikea, hasta las protestas de D., ya cargando el coche, porque habíamos comprado todo tipo de cosas inservibles y no lo que andábamos buscando. En fin, es un poco quejica, aunque bien que disfrutó comprando nuestras enésimas hieleras de puzzle (copiadas de Quic y Att).
El caso es que, para quitar hierro al asunto, ya camino de Madrid, le pregunté "¿A ver, cuánto ha costado todo? ¿150 euros?" "Yo qué sé, si has pagado tú". "Pero, ¿qué dices?" "Yo sí que no he pagado" "Pero la cajera ha pasado todos los artículos, alguien ha tenido que pagar..." Sí, quizá alguien tuvo que pagar, posiblemente los siguientes clientes, pero el caso es que nosotros, se puede decir con todas las letras, cometimos un robo involuntario, pero no por ello menos provechoso.
Cuando descubrimos nuestra fechoría todo cambió. D. empezó a decir "¿por qué no has cogido esa alfombra que te gustaba? ¿Y por qué no hemos cogido 20 hieleras de puzzle?" Y del medio cabreo pasamos a la risa descontrolada y en seguida llegamos y nos pusimos a buscar sitio para todos nuestros nuevos y flamantes trastos, que desde entonces miramos con bastante más cariño.
Es lo que tiene, que robar une mucho a una pareja. Pero, como somos buenos y no nos sentíamos nada orgullosos de haber robado en seguida nos pusimos, todo muy tópico también a recordar vagamente documentales de explotación infantil y tal. "¿No era el dueño de Ikea uno de los más ricos del mundo?" "Sí, sí, y, ¿no era el mismo que tenía a un montón de niños malasios encerrados en un taller haciendo muebles?" "Sí, ya me acuerdo, además es resposable de las mayores talas de árboles, para hacer sus mesas jokkmok".
Nos hicimos una pedazo de cena (perritos estilo Ikea, con pepinillos y cebolla) y nos fuimos a dormir con la conciencia anestesiada que daba gusto.