Un pequeño cambio de estado civil
Bueno, pues mañana me caso. Vaya chupa de agua que nos va a caer. A tomar por c*lo el autobronceador y el moño. Bah, ya me da igual todo. Hoy es mi primer día de vacaciones y creo que 17 días seguidos es el periodo libre más largo que he tenido desde segundo de carrera, así que me dispongo a disfrutarlo.
En unos días me voy a China, a comprar emepetreses y louisesvouitones. D. quiere ir también a ver la Gran Muralla, a lo mejor sacamos un ratillo. Mientras tanto no creo que actualice, así que dejo el blog en las buenas manos de Copycat, que se ocupará de atenderlo cada día (¿o alguien lo duda?)
No quiero decir adiós sin antes resumir mi despedida de soltera, para quien no pudo vivirla: cenamos en un sitio de esos bastante absurdos con otras tipas similares. Quedé segunda en el concurso de novias después de una golfa disfrazada de Campanilla y con las tetas operadas (se trataba de cantar, así que os hacéis una idea del panorama). Con mi disfraz de Caperucita me llevaron a casa de Orujix y, tras varios engaños, apareció un maromo que se despelotó ante mi provocando el regocijo y las crueles risas de las perras del demonio de las asistentes, en especial de la borracha de mi hermana Zel. Cuando acabó la música, el stripper, que era tartamudo el pobre, se disculpó y se largó porque, según dijo, tenía otra actuación en Cuenca. Nos quedamos sin saber qué hacer y mi hermana aprovechó para colarse en la fiesta de los vecinos. El resto fuimos detrás. Resultó ser una fiesta cortijera llena de andaluces, así que cuando nos aburrimos del "arsa, quillo" nos fuimos a cerrar el Vendetta, con las terribles consecuencias físicas esperadas. Luego me comí unos churros y me fui a dormirla. El día siguiente lo pasamos ya como un matrimonio con las hermanas Malasombra y sus maridos respectivos, comiendo y jugando a los bolos. Luego ellas volvieron a su pueblo que, aún no lo sabían, pero estaba a punto de sufrir una inundación.
Este último dato no tiene nada que ver con la despedida, pero queda muy novelesco. Mientras los Malasombra achicaban agua en La Mancha, D. y yo hemos terminado nuestra mudanza y nos hemos dedicado a currar, no sin escuchar, cada 10 minutos un "ay, qué poquito te queda" o un "te casaste, la cagaste", pero forma parte del show. Mención aparte de lo ocurrido estos últimos días merece el drama de G. para volver a Madrid pasando por un incendio, una noche a la intemperie y por Valencia. Sin olvidar el madrugón de Cler y el larguísimo periplo de Arbusto y Copycat desde Kabul.
Está claro que tengo unos amigos/as que no me merezco, así que he decidido que les doy permiso para ir a tomarse cañas mañana en lugar de asistir a la aburrida ceremonia. Que lo paséis bien todos.